Guamúchil, Sinaloa. En el corazón de Guamúchil, donde la tradición y la solidaridad se mezclan con el aroma del pan recién horneado, El Buen Pan se ha consolidado como un ejemplo de inclusión y calidad. Desde hace 36 años, esta empresa no solo endulza la vida de los sinaloenses con sus productos, sino que también abre sus puertas a personas con discapacidad auditiva y del habla, quienes juegan un papel fundamental en su operación diaria.
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Este Día de Reyes, la magia de la tradición cobra un significado especial, pues son precisamente estas manos llenas de dedicación las que moldean cada detalle de las emblemáticas Roscas de Reyes que llegan a cientos de hogares en la región.
Un legado de empatía y oportunidades
José Antonio Gallardo Angulo, encargado del establecimiento, compartió con Línea Directa la historia que sus padres, Carmelita Angulo y Efrén Gallardo Fuentes, comenzaron con una visión clara: dar oportunidad a quienes la sociedad muchas veces deja de lado.
“Desde el inicio mi mamá y mi papá les dieron espacio a estas personas. Han demostrado que trabajan igual o incluso mejor que quienes no tienen discapacidad”, expresó.
Actualmente, el 20 por ciento de la plantilla laboral de El Buen Pan está conformado por personas con discapacidad auditiva, quienes desempeñan roles en distintas áreas de producción.
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Para Gallardo Angulo, este equipo especial no solo cumple, sino que también aporta un carácter único al ambiente laboral.
“Son buenos trabajadores, muy cumplidos, llegan temprano, pero tienen su carácter. Como no pueden expresar verbalmente sus emociones, a veces se exaltan, pero es algo totalmente normal”, explicó el encargado, mientras observa con orgullo el movimiento constante en el área de panadería.
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Más que empleados, una familia
Gallardo Angulo también narró cómo algunos trabajadores han encontrado no solo empleo, sino una nueva vida en la empresa.
“Hay quienes han salido, pero luego regresan. Algunos se han casado con compañeros de trabajo, tienen hijos y han hecho una vida normal”, relató.
Aunque la comunicación podría considerarse un obstáculo, la realidad es distinta. “Son muy buenos para leer los labios y rara vez hay problemas en el trabajo. Además, hemos buscado que quienes tienen la posibilidad usen auxiliares auditivos”, añadió.
Reconocimientos y una lección para todos
El compromiso de inclusión que ha mantenido El Buen Pan a lo largo de los años ha sido reconocido en diversas ocasiones por el Gobierno Federal, estatal y otras instituciones. Sin embargo, más allá de los premios, Gallardo Angulo asegura que la verdadera recompensa es ser testigo de la capacidad y perseverancia de sus colaboradores.
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Este 6 de enero, las familias de Guamúchil no solo compartirán la deliciosa Rosca de Reyes, sino también un pedacito del esfuerzo y amor de quienes, a pesar de las adversidades, han encontrado en El Buen Pan un espacio para crecer y brillar.
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En cada mordida, una historia de inclusión. En cada rebanada, un ejemplo de que las barreras se rompen con empatía y trabajo en equipo.
¡Así se vive la magia del Día de Reyes en Guamúchil!