Guasave, Sin.– No es ficción, las brujas existen como en las películas. En Guasave hay un grupo muy selecto y secreto, que se congrega con el mismo fin; son entre ocho y 10 personas que cada año durante la noche del 30 de octubre hacen sus aquelarres, es decir, sus rituales para alabar a Satanás, reveló Monserrat Ramos Portillo, conocedora y empresaria en esoterismo.
A este ritual, al que no cualquiera puede entrar, dos brujos de Catemaco visitan el municipio sólo para presenciar la adoración al ser oscuro.
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Monserrat Ramos precisó que esto es de conocimiento, debido a que estas personas que poseen dones poderosos acuden a su tienda esotérica, para adquirir los insumos que usan en el rito.
Por la recurrencia y la peculiaridad de las cosas que piden para dichos rituales, prácticamente ya saben quiénes son las brujas, pero ese es un dato que debe de mantenerse en la secrecía absoluta.
“Sí se hace eso, de hecho, hay lugares aislados en el monte donde se reúnen para hacer sus aquelarres, es una reunión de brujas, es el 30 en la noche para amanecer el 31, y pues para eso obvio, recurren a nuestros negocios para comprar sus veladoras, sus inciensos, sus aceites y ungüentos que usan en sus rituales que ellos hacen. En el grupo que yo conozco hay dos hombres, ellos vienen de Catemaco especialmente en estas fechas para estar en esta reunión”.
-O sea, ¿ya se sabe quiénes son?
“Sí, sí, sí, no cualquiera tiene esa habilidad”, reveló.
Monserrat Ramos precisó que un dato que siempre se menciona en las leyendas urbanas, es que las brujas vuelan, levitan o se convierten en animales, esto dijo que es algo totalmente cierto, y que es por eso que ellas alaban a Satanás, porque es quien les da ese don.
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Como en los cuentos y en las historias de terror lo mencionan, que a las congregaciones de brujas éstas llegan volando, la experta en esoterismo señaló que efectivamente: llegan a esos lugares inhóspitos convertidas en búhos, tecolotes, lechuzas, o en zorros, y ahí en el medio de la nada, forman sus círculos de fuego, para iniciar con el rito a Satán.
“Ellas veneran a ya sabes quién… al ‘chamuquito’ entonces son tributos que se ofrecen a ellas, porque él les da el poder de transformarse porque como te digo llegan a sus aquelarres transformadas en un búho en un tecolote, en un zorro, en un animal veloz a donde se van a reunir, son lugares inhóspitos, ahí no llega un carro o un avión y las deja, no”, destacó.
Según Monserrat Ramos Portillo, la mayoría de estas mujeres, son de avanzada edad, pues entre más grandes son más experimentadas en el manejo de su don, su habilidad, o prejuicio; sus trabajos han causado males inexplicables por la ciencia o la medicina, y ellas ganan mucho dinero por hacerlo.
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Son muchas las personas que recurren a este tipo de alternativas en búsqueda de soluciones a problemas como de amor, economía, salud y estabilidad emocional y laboral.