Guasave, Sinaloa. – Derechohabientes de la Clínica 32 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Guasave denunciaron que tienen que hacer filas de hasta siete horas para que los atiendan en la ventanilla de entrega de medicamentos, y en ocasiones ni siquiera tienen en existencia el fármaco que requieren.
Entrevistados al respecto, directivos del Instituto reconocieron ante Línea Directa la existencia de este problema, que es incluso estructural, pero aseguraron que ya están trabajando para disminuir las molestias.
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“Sigue la inmensa fila, ya son 6 horas y media para poder surtir la receta del medicamento. Así luce el Seguro Social, la farmacia, unas filas interminables”.
“Cada mes que vengo por mis medicamentos hago filas de hasta dos horas. Ya no puedo estar tanto tiempo parado, y cuando finalmente llego a la ventanilla, me dicen que no hay medicamentos”, dijeron a este medio pacientes afectados, visiblemente molestos.
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La frustración aumenta cuando, tras la espera, los pacientes son enviados a regresar días después con la promesa de que encontrarán lo necesario.
“Vuelvo tres o cuatro días después y otra vez me toca hacer fila por hora y media o dos horas. Y el resultado es el mismo: no hay medicamentos”, comentó otro derechohabiente.
Además de la falta de medicamentos, los derechohabientes destacan la falta de comodidad en las instalaciones, un problema grave para personas mayores o con padecimientos físicos.
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“No hay siquiera dónde sentarse mientras esperamos”, expresó un adulto mayor.
Entrevistado por Línea Directa sobre esta situación, el director de la Clínica 32 del IMSS en Guasave, Omar Durán, explicó que esta situación se acrecienta sobre todo los días lunes, pues se hace un cuello de botella con las recetas que no se surtieron jueves o viernes, aunadas a las generadas a inicios de semana. Además, hay casos de pacientes que regresan a buscar medicamentos de claves que no están disponibles y se les pide regresar.
Aseguró que han tenido que meter personal para agilizar la entrega de medicamentos, pero otro factor que retrasa la administración es el hecho de que muchas de las claves solicitadas son controladas, y en esos casos el personal que hace la autorización debe ser de confianza y solo uno en turno para evitar el robo de esos fármacos.
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Además, deben tener el conocimiento adecuado pues puede haber graves riesgos si entregan un fármaco que no corresponde a la enfermedad del paciente.
“Estamos trabajando en ello, fuimos hace rato a la farmacia a ver que se mueva el personal, que surta las recetas, pero el sistema también debe tener esa seguridad, la bioseguridad, es que no es nomás meter a alguien a trabajar para que me ayude a surtir medicamento, tiene que saber de esto, imagine un medicamento cambiado y Dios guarde, es realmente algo muy delicado”, indicó.
El directivo del IMSS reconoció un problema estructural que afecta a miles de personas en la región, pues la demanda de atención médica ha aumentado y la clínica sigue siendo la misma de hace 50 años. De ahí que se está buscando la creación de una nueva unidad familiar, pues el 90 por ciento de los pacientes que se aglomeran en farmacia vienen de una misma área.
