?Cubiri de la Loma, Sin.- Ninguno de los
habitantes de Cubiri de la Loma imaginaron que aquel niño que gateaba ?bichi?
entre el salitre y hasta se comía la tierra de las paredes de la casa de adobe,
volvería muchos años más tarde, pero en helicóptero.
Muy chico salió de su casa, descalzo y
usando unos cuantos trapos, aquella casa que los mismos habitantes mencionan se
esconde detrás de varios árboles de mango que se divisan del frente, desde acá
de la puerta del estadio de beisbol donde la gente espera.La cita era a las 10:00 horas, el
helicóptero aterriza a las 11:09 de la mañana de este sábado, todos querían
verlo y los más viejos hacían recuentos de sus anécdotas: ?Yo me casé con un tío
de él?, comentaba una señora, ?Yo trabajé muchos años con su papá, en la
maquila?, refería el señor de lentes.Los visitantes del pueblo a diferencia de
los residentes buscaban algún detalle que les significara la infancia del ahora
Gobernador, quizá sus huellas de gateo, quizá la muestra de sus travesuras de
niño.
?Son muchos años ya?, comenta otro
habitante mientras menciona que incluso sus hermanos ya no están ahí, sólo
quedan algunos tíos, hermanos de su padre y la tía Magdalena, a quien por
cierto, apenas le cabía el corazón en el pecho, cuando veía que su casa, unos
cuartitos de adobe con piso de tierra, tendría su firme.?Qué pasó tía, ¿Cómo le va?, -Aquí muy
alegre, ¿Cuántas veces vine aquí a hacerle travesuras?, -Ah pues muchas, cuántos
azotes le daría y no me acuerdo, -pero le faltaron más, -se hizo más vivo,
-¿Cuántas muchachas se robó?, -ninguna no soy tan gallo como mi tata, -¿Era
gallo?, es mal de la tierra?-muchas gracias que Dios les ayude y les pague por
mí, -al contrario Dios la bendiga a usted, -yo soy pobre?.
?Este es su padre, aquí está el jefe?,
coreaban las porras de los ?cubireños? quienes se arremolinaban alrededor de
Mario López Valdez, a todos saludó y abrazó efusivamente, incluso a su comadre
quien le llevaba una bandeja con ?leche atole?, la cual le regaló al Secretario
de Desarrollo Social, Heriberto Félix que le acompañaba, por cierto muy
sonriente y sorprendido de las historias que le contaban.
La espera se hizo más larga para los
visitantes, la distancia era de sólo 100 metros, pero el recibimiento postergó
el inicio del segundo evento, hasta se dio tiempo para jugar una
entrada de beisbol con el pequeño Gabriel Alejandro Leal de dos añitos, que se
barrió una y otra vez en la tercera base.
?Vamos, vamos, de cabeza Gabriel, de
cabeza, -aquí barrido a home, a home, -de cabeza, de cabeza, venga, -tirale,
tírale, aquí mira?.
Por fin el mandatario estuvo en el estrado
parado frente al micrófono para narrar lo que muchos deseaban
escuchar.
?Esta es mi tierra quizá en mis 6 años sea
la única vez que hable de mis orígenes si yo pudiera pedir donde volver a nacer
pediría volver a nacer aquí, soy hijo de una madre analfabeta, soy hijo de un
padre que se robó a mi madre en caballo sin ser su novia, me siento muy
orgulloso, muy honrado de mi padre y no estoy haciendo estas confesiones para
ganar simpatías ni para causar lástima, sino porque me siento muy
orgulloso?.
Fueron más de 3 horas las que el
Gobernador del Estado pisó de nuevo el terreno donde fue enterrado su ombligo;
los cubireños y sinaloitas jamás olvidarán aquel 8 de enero de 2011 en que ?el
Mario? o Malova, volvió en helicóptero a su tierra.
Vuelve a sus orígenes?en helicóptero
Muy formal en su vestir y con zapatos bien boleados, pisa de nuevo el ?salitre? de Cubiri de la Loma
Fuente: Internet