Guamúchil, Sinaloa. El 15 de mayo del 2010, Día del Maestro, Aurelio Cortés Félix vio su vida cambiar para siempre: Un accidente de motocicleta lo dejó sin ambas piernas, pero no sin su espíritu indomable. Hoy, a sus 39 años, este luchador incansable no solo ha salido adelante, sino que se ha convertido en un ejemplo de perseverancia para los jóvenes, a quienes invita a valorar la vida y a no rendirse jamás.
Un accidente que no le arrebató las ganas de vivir
Aurelio recuerda con claridad aquel día fatídico. Mientras circulaba en su moto, un automóvil lo impactó por detrás, haciéndole perder el control. En el intento de estabilizarse, fue arrollado por un tráiler que le destrozó las piernas.
Los médicos hicieron todo lo posible, pero no lograron salvarlas. A pesar del dolor físico y emocional, Aurelio se negó a dejarse vencer.
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Con el apoyo incondicional de su familia, cuatro meses después del accidente ya caminaba nuevamente, gracias a unas prótesis que le devolvieron la esperanza.
“Mi familia hizo todo lo posible para que yo volviera a caminar. Las prótesis son costosas, pero ellos no se detuvieron hasta verme dar otros nuevos pasos. Fue una alegría enorme”, comparte con una sonrisa que refleja más fuerza que tristeza.
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Del dolor a la resiliencia: emprender para seguir adelante
Sin dejarse vencer por las limitaciones físicas, Aurelio encontró en el emprendimiento su motor para avanzar. Desde hace año y medio, vende un insecticida biodegradable que no afecta a niños ni mascotas, actividad que le ha permitido salir adelante.
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Con su carisma y optimismo, ha conquistado la confianza de sus clientes, quienes no solo compran su producto, sino que también se inspiran con su historia.
“La gente me recibe con buenos ojos. Cuando ven que el insecticida funciona, vuelven a comprar, y eso me motiva. Saber que puedo valerme por mí mismo es algo que me llena de satisfacción”, cuenta con orgullo.
Un mensaje para los jóvenes: “No se quejen, valoren la vida”
Lejos de amargarse por su tragedia, Aurelio convierte su experiencia en un mensaje poderoso para los jóvenes que, en ocasiones, se desmoronan por problemas menores.
“Muchas veces, cuando estamos bien, no valoramos la vida. Nos quejamos por cosas insignificantes. La vida es muy bonita y hay que verla con optimismo. Mientras podamos respirar y pensar, todo se puede lograr”, reflexiona con convicción.
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Aurelio asegura que la clave está en descubrir las propias habilidades y atreverse a emprender, sin importar las circunstancias.
“Hay muchas opciones, solo hay que pensar en qué somos buenos y qué podemos hacer para salir adelante, con ganas, con motivación y con una visión a futuro”, afirma.
Un guerrero que sigue avanzando
Aurelio Cortés no solo ha recuperado su independencia, sino que ha demostrado que la verdadera fuerza no está en las piernas, sino en la determinación de nunca rendirse. Aunque el uso de las prótesis es cansado y a veces doloroso, él no se detiene.
“Sí, es cansado cargarlas, pero echándole ganas todo se puede lograr”, concluye con la mirada llena de esperanza.
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Su historia es un contundente recordatorio de que, ante las adversidades, la actitud es la que marca la diferencia.
Así, Aurelio, de lunes a viernes frente al hospital del IMSS en Guamúchil se planta a vender su producto desde las 9:00 de la mañana hasta las 6:00 de la tarde, con la certeza de que saldrá adelante.
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