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Guasave, Sin.– Un pequeño-gran milagro de vida se aferra en el área de cuidados intensivos de neonatos del hospital del IMSS en Culiacán, desde aquel 27 de agosto, ese día cuando de emergencia llegaron a la clínica con todo pronóstico en contra, su mami tenía apenas 25 semanas de gestación, es decir, cinco meses.
Después de la pérdida de dos embarazos, Raquel y su esposo, quedaron devastados, la alternativa para ser papás era una fertilización in-vitro que como último recurso que intentaron sin pensarla. La sorpresa vino cuando les dijeron que serían mellizos, había una pequeña niña y un varoncito creciendo en su vientre.
Todo el embarazo fue de alto riesgo el 25 de agosto de repente empezaron los dolores, la madre primeriza desconocía que los bebés querían salir antes de lo planeado, la fecha de parto la tenían fijada para el 16 de noviembre, una cita con la ginecóloga provocó que la presión subiera de tono, traía 6 centímetros de dilatación.
De urgencia fue trasladaron a la ciudad de Culiacán donde no pudieron detener a los bebés que fueron catalogados como prematuros extremos y realizaron la cesárea. Inmediatamente ingresaron a UCIN (unidad de cuidados intensivos neonatales) e intubados con un ventilador mecánico para ayudar a sus pulmones; 4 días después el bebé varón falleció.
Lucía Jaqueline desde ese día, se ha aferrado a la vida, nació pesando 680 gramos y el próximo 26 de noviembre cumple sus 3 meses de nacida
“Mi bebé es un milagro de Dios, del cielo, que ha luchado mucho por salir adelante, por estar con papá y mamá en casita, yo sé que ella es muy valiente y estamos muy cerquita de tenerla en casa que es lo que hemos deseado y anhelado siempre, bendito Dios es un milagro que nos ha dejado ver, crecer y evolucionar desde que decidió venir al mundo, ella y su hermanito muy adelantadamente, pero estamos muy contentos de ver cada milagro en ella y cómo ha decido luchar por su vida”, dijo Raquel.
Ha superado una serie de obstáculos, muchas dificultades, primero por el ventilador en sus pulmones tan inmaduros, mes y medio después de nacer sufrió un neumo tórax y tuvieron que ponerle una sonda para sacar el aire que se estaba escapando de su pulmón, eso le había provocado que su corazoncito se comprimiera, afortunadamente lo logró.
Desde muy pequeñita ha sido objeto de varias transfusiones de sangre debido a la anemia que le fue detectada, sus huesitos requerían también de vitamina D porque tenían una enfermedad con la que corría el riesgo de romperse, gracias a Dios, lo superó.
Hace apenas una semana le diagnosticaron una enfermedad en la retina que podía dejarla sin vista por la prematurez con la que nació pero que está por vencer gracias a los cuidados de los médicos y enfermeras que se hacen cargo a diario de su bienestar, porque para ellos también se ha convertido en un hermoso reto de vida.
Siendo tan pequeñita Lucía Jaqueline ha sufrido de apnea, es decir que dejó de respirar, pero Dios ha sido tan grande que la tiene hoy con la esperanza de lograr el peso ideal, ya tiene 2.080 gramos y pronto será dada de alta, una vez que deje el oxígeno y se alimente solita.
La familia ha agradecido cada oración de quienes conocen y no, la historia de los pequeños que cada día se aferran más a vivir, ahora a través de la pequeña, donde cada 10 o 20 gramos es un milagro que sus papis agradecen.