Reino Unido.- Gran conmoción ha surgido en el Reino Unido por el caso de una mujer que mantuvo a su bebé oculta en un cajón durante tres años, impidiéndole ver la luz del sol o tener contacto con otras personas, algo que además de ser un trato inhumano, restringió el desarrollo de capacidades naturales en la menor de edad.
De acuerdo con los informes, la bebé fue hallada de casualidad por un compañero sentimental de la madre, quien fue alertado por un sonido extraño mientras buscaba el cuarto de baño en la planta de arriba de la vivienda, lo que lo llevó a revisar un cajón y descubrir a la pequeña en grave estado de desnutrición.
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La niña, quien tenía el paladar hendido y estaba severamente deshidratada, era incapaz de caminar o hablar, ya que desde el momento de su nacimiento fue encerrada en el cajón, sin conocer ningún otro lugar.
El hombre, completamente conmocionado, se puso en contacto con la policía, por lo que un trabajador de los servicios sociales se desplazó hasta la vivienda, donde se encontró con una escena desgarradora:
Me quedé extremadamente conmocionado al ver a la bebé mirándome sentada en un cajón. Me miraba fijamente y se mecía hacia adelante y atrás (…) Miré a su madre y le pregunté: ‘¿es ahí donde la tienes?’ La madre respondió: ‘Sí, en el cajón’. Me conmocionó que no mostrara ninguna emoción y que la situación la dejara impasible.
El trabajador social explicó que, según declaraciones de la propia madre, nadie más había visto a la niña, pues la mantuvo en aquel lugar desde que nació en la bañera de la casa en marzo de 2020. Esta explicó que acondicionó el cajón “a modo de cama” y que eventualmente se acercaba a darle de comer cereales disueltos en leche mediante una jeringuilla y cambiarle el pañal:
(La situación) se volvió un espanto sobrecogedor al ser, probablemente, la única otra cara que (la niña) había visto aparte de la de su madre.
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Se dice que después de un tiempo la mujer volvió a trabajar y se ausentaba a llevar a sus otros hijos al colegio, dejando a la pequeña desatendida durante horas, incluso sola durante la noche de Navidad mientras ella y sus otros hijos se quedaban en casa de los abuelos.
Luego de su descubrimiento en 2023, se reveló que la niña no podía gatear, caminar, hablar ni emitir sonidos para comunicarse, además de tener debilitados los músculos y un grave retraso en su desarrollo. Es por esto que ahora, tras más de un año de indagatorias, la justicia finalmente impuso una sentencia de siete años y medio en prisión para la madre.
