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Mazatlán, Sin.- La herida en el alma y el dolor que marcó su vida hace casi cinco años con la muerte de su padre, no cesan del todo, reconoce Xóchitl Valdez, quien desde temprana hora acudió este 2 de noviembre a la tumba donde yacen los restos de su ser querido, ahí en el pequeño panteón ubicado dentro de la colonia Francisco Villa, en el puerto de Mazatlán.
Sentada a los pies de la tumba de su padre, doña Xóchitl admite que este Día de Muertos, más allá de una tradición mexicana, para ella representa un reencuentro con quienes partieron de este mundo, recordar que siguen vivos y están hoy más que nunca presentes, aunque físicamente ya no se puedan ver, pero al menos dialoga y se siente escuchada.
Doña Enriqueta es viuda, y a pesar de sus años de vida, no dudó en acudir a visitar el espacio donde reposan los restos de su esposo, porque sostiene que vale la pena rendir tributo a quienes en vida compartieron y fueron parte esencial de su familia, por ello, hoy que este 2 de noviembre se pudo acudir al panteón para festejar a los muertos, lo hizo llevando una ofrenda floral.
En el pequeño panteón de la colonia Francisco Villa, rodeado hoy por viviendas y vecinos que residen en el sector, se pudo apreciar desde temprana hora el arribo de los deudos, quienes con cubetas, palas y escobas, poco a poco arreglaban la tumba y con ello dándole vida como cada año, aunque sea por un día, al espacio donde descansan los restos de sus muertos.
