Guasave, Sinaloa. Con un nivel de poco más del 20 por ciento la presa “Gustavo Díaz Ordaz” en el municipio de Sinaloa ha dejado ya al descubierto los vestigios de lo que fue la escuela primaria de Terahuito, son los primeros pueblos que se convirtieron en fantasmas cuando el agua los “borró” del mapa.
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Pobladores de los altos de la sierra del municipio de Sinaloa que este martes hicieron un recorrido por la zona para apreciar lo que sorprendentemente ha emergido, compartieron a Línea Directa algunas de las fotografías, aún es temprano para ver el viejo panteón de la comunidad, el cual queda al descubierto con el 11 por ciento de almacenamiento de la presa Bacurato, como también se le conoce, lo cierto es que es impresionante ver que hay ruinas que conservan su estructura y tumbas a las que la cruz de madera que se les colocó hace más de 50 años, permanecen como único indicio de quien yace en ese lugar.
Pedro Campos, exsíndico de Bacubirito, dijo a Línea Directa que el estiaje ha permitido que estos pueblos olvidados emerjan a la superficie.
“Están a punto de salir (los pueblos fantasmas), estamos ahorita como en un 20 por ciento del nivel, se necesita un poquito más bajo para que salgan completamente, de hecho, ya hay algunos que sí salieron, pero los que ya salen a la hora crítica son los que salen acá abajo. Serían Terahuito y esos, estamos hablando de los primeros pueblos que se salieron allá arriba que es Chicorato, Rancho El Padre, Temuchina, todo eso ya está afuera ahorita, pero cuando baja más el nivel sale lo que es el cementerio de Terahuito y todavía le falta cualquier cosilla”, relató el vecino de los altos de la sierra.
La drástica reducción del embalse ha dejado al descubierto restos que datan de hace más de medio siglo. Esta comunidad fue desalojada entre 1981 y 1982 durante la construcción de la presa Bacurato, y sus habitantes fueron reubicados en Palos Blancos, en el municipio de Guasave. La presa fue finalmente inaugurada en 1987.
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El panorama es sombrío; la tierra agrietada y los círculos en el suelo, posiblemente formados por tumbas más profundas o nidos de peces lobinas, añaden un aire de desolación a la ya preocupante sequía en la región.
Este fenómeno no es único en la historia de Sinaloa. En 2015 y 2021 la sequía también reveló las ruinas de la comunidad, la sequía extrema que actualmente afecta a Sinaloa no solo amenaza la economía agrícola y ganadera, sino que también ha resucitado los vestigios de estas poblaciones, ofreciendo un inesperado vistazo a un pasado enterrado bajo el agua. En Bacurato más de 50 tumbas del panteón de Terahuito emergieron hace tres años, y Línea Directa dio cuenta de ello en sus publicaciones, algunas intactas y otras derruidas, atrayendo a familiares y curiosos que buscaron rendir homenaje a sus ancestros.
En aquel momento Pedro Campos, aún síndico de Bacubirito y pescador en la zona de Bacurato, señaló que personas de diversos lugares llegaron atraídas por la noticia.
“Este panteón debe tener como unos 100 años. Hay tumbas que están totalmente enteras y otras que están derruidas. Las personas mayores saben bien dónde buscar a sus parientes”, relató.
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Estos pueblos que parecían haber desaparecido para siempre ahora están nuevamente visibles, desafiando el paso del tiempo y el olvido. La sequía, la peor en los últimos 40 años, ha transformado estos lugares en un atractivo turístico inesperado, revelando una cultura y unos recuerdos que se resisten a desaparecer, evocando un tiempo pasado y ofreciendo una oportunidad única para el reencuentro y la reflexión sobre el impacto de la naturaleza en nuestras vidas y comunidades.