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La ciudad en medio del caos: A cuatro años del primer “Culiacanazo”

El 17 de octubre de 2019 se registró el primer “Jueves Negro”, cuando se intentó capturar a Ovidio Guzmán, hijo de “El Chapo”; acción que no pudo ser concretada ese día sino hasta más de 3 años después, el 5 de enero de 2023

Camion incendiado en sinaloa por el Culiacanazo
Las imagenes del primer Culiacanazo siguen en la memoria de todas las personas en especial de aquellas que estuvieron atrapadas entre la "lluvia de balas" en la capital sinaloense | Cortesía

Culiacán.- El 17 de octubre del 2019 empezó sin mayores contratiempos en la capital sinaloense. El pronóstico del clima a las 6 de la mañana auguraba un día tranquilo, 35 grados máximos y 23 grados mínimos en el estado.

Las sorpresas empezarían un poco más tarde, cuando a las 12:12 del mediodía llegó la primera noticia que nadie esperaba, suspensión de clases en el municipio de Culiacán durante el turno vespertino. ¿La razón? un sistema de baja presión que amenazaba con generar fuertes lluvias. No llovió, pero la suspensión de clases llegó de forma muy acertada, previo a una tarde que nadie olvidará.

Alrededor de las 2:20 de la tarde en el sector Tres Ríos se observó una extraña presencia de las fuerzas armadas, un operativo se estaba gestando en el sector comercial más importante de la ciudad. Horas después, esto se convertiría en un operativo fallido que puso en jaque a la sociedad, que quedó literalmente en medio de una refriega. Así se gestó el primer “Culiacanazo”.

El objetivo del gobierno de Andrés Manuel López Obrador era Ovidio Guzmán López, uno de los cuatro hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, conocidos como “Los Chapitos”, presuntos líderes de una de las células del Cártel de Sinaloa, y que según el gobierno de Estados Unidos, son los responsables del trasiego de fentanilo y otras drogas dentro de su territorio.

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En un primer momento, parecía que se había cumplido el objetivo. Las autoridades pudieron llegar a la casa donde se encontraba Ovidio, la prueba fue un video que comenzó a circular con la imagen de Guzmán López, de camisa azul, pantalón de mezclilla y gorra negra, hablando por teléfono mientras pedía, presuntamente a alguien del Cartel de Sinaloa, que ya “pararan” todo, que ya se había entregado.

Después, vino el caos. La detención del llamado “Ratón” derivó en que hombres armados del Cártel de Sinaloa desataran intensas balaceras en varios puntos de la ciudad, lo cual sorprendió a la población en plena “hora pico”. Las personas, que iban a sus casas a comer o apenas habían recogido a sus hijos de las escuelas del turno matutino, tuvieron que dejar sus vehículos parados en medio de la calle.

Los que iban en transporte público también bajaron de las unidades y corrieron a refugiarse a donde se pudiera. Los negocios del sector Tres Ríos se convirtieron en refugios de cientos de personas.

Los videos corrieron como pólvora en las redes sociales. La información en los medios de comunicación estaba escasa, las autoridades no respondían a la pregunta que todos se hacían: ¿qué está pasando en Culiacán?

Las imágenes inundaron Twitter y Facebook: hombres armados disparando en plena calle, camionetas artilladas recorriendo la ciudad, camiones incendiados utilizados para bloquear caminos. La ciudad cerrada, nadie salía, nadie entraba a Culiacán. El sonido de los balazos en el sector Tres Ríos siguió durante horas, miles de personas estaban atrapadas, sin poder salir de las plazas comerciales, que cerraron sus cortinas para resguardarse.

La información, al fin, comenzó a circular. Línea Directa lanzó una transmisión especial alrededor de las 4 de la tarde, las llamadas insistentes hacia los funcionarios del gobierno de Quirino Ordaz Coppel empezaron a ser respondidas. La primera respuesta fue del entonces secretario de Seguridad Pública de Sinaloa, Cristóbal Castañeda Camarillo, y fue contundente: “no salgan, quédense donde estén, no sabemos qué está pasando”.

La llamada fue al aire en el noticiero especial que lanzó Línea Directa y ese mensaje se replicó en todo Culiacán. “No salgas”, “ahí quédate”, era lo que le decían los padres a sus hijos, a los amigos, vecinos y a cualquier conocido, esto siguió así durante horas.

Hubo mayor claridad hasta que un medio de circulación nacional, La Jornada, citando altas fuentes del Gobierno de la República, le puso nombre al detenido: Ovidio Guzmán López.

Mientras la ciudad seguía sumida en un caos, con columnas de humo por los vehículos quemados, la información oficial corría por cuentagotas. El Gobierno del Estado argumentaba que este operativo era federal, pero desde Palacio Nacional tampoco se proporcionaban mayores datos.

Carros incendiandose en el Culiacanazo

Por casualidad, el presidente López Obrador fue entrevistado por los medios de comunicación en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, antes de abordar un vuelo para ir a Oaxaca. Ahí, el mandatario nacional anunció que en los próximos minutos, habría un posicionamiento oficial por parte del gabinete de seguridad, sobre lo que estaba ocurriendo en Culiacán.

A las 6 de la tarde, hora de Sinaloa, el entonces secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, emitió el primer discurso.

Aseguró que el operativo se dio de casualidad, cuando elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional y la Guardia Nacional fueron agredidos desde una vivienda y al tomar dicha casa se encontraron con cuatro personas, una de ellas era Ovidio Guzmán.

La detención de Guzmán López, según Durazo, “generó que varios grupos de la delincuencia organizada rodearan la vivienda con una fuerza superior a la de la patrulla, al mismo tiempo otros grupos realizaron acciones en contra de la ciudadanía, en diversos puntos de la ciudad generando una situación de pánico”.

El entonces funcionario federal aseguró que se tomó la decisión de suspender el operativo, es decir liberar a Ovidio Guzmán, para “salvaguardar la integridad de la sociedad en Culiacán”.

El presidente Andrés Manuel López Obrador tardó 13 días más, es decir hasta el 30 de octubre de ese año, para dar un posicionamiento formal sobre estos hechos, y aceptó que el ya llamado “Culiacanazo” fue un operativo planeado y fallido, que terminó en una batalla en las calles.

Una cicatriz quedó en la sociedad culiacanense a raíz de este día. Sin embargo, la pesadilla se repitió más de 3 años después.

Un segundo “Culiacanazo” tuvo lugar el 5 de enero de 2023, para concretar la captura de Ovidio Guzmán, que había quedado pendiente desde el 17 de octubre del 2019.

A diferencia del primero, en el segundo “Jueves Negro”, las autoridades federales lograron sacar rápidamente al hijo de “El Chapo” de Sinaloa, y lo trasladaron a la Ciudad de México, desde donde fue llevado al penal de máxima seguridad de “El Altiplano”.

Finalmente, Guzmán López fue extraditado a Estados Unidos el 15 de septiembre de 2023, finalizando con una etapa que dejó dos “Culiacanazos” registrados en la historia de México, de Sinaloa, y de cada uno de los ciudadanos que vivieron las interminables horas de angustia y zozobra.

Fuente: Internet

Fotografía de perfil de Liz Douret

Liz Douret

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