Guasave, Sinaloa. – Las imágenes capturan la magnitud del problema, muestran restos de peces y desechos plásticos esparcidos por el suelo, evidencia de un escalofriante panorama, contaminantes que son arrastrados hacia el mar, alterando los hábitats y afectando la biodiversidad.
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La contaminación por residuos pesqueros se ha convertido en una de las principales problemáticas en las comunidades costeras de Sinaloa. La comunidad de El Caracol no es la excepción, ya que ha sido testigo del mal manejo de desechos derivados de la actividad pesquera, lo cual ha generado un fuerte impacto en el medio ambiente. Isabel Mendoza Camacho, directora de la asociación civil Sociedad en Acción Sinaloa (Sucede), realizó una visita a la comunidad con el fin de identificar y atender este problema que, según sus declaraciones, desafortunadamente se repite con frecuencia en muchas localidades costeras de la región.
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Durante su recorrido, Mendoza Camacho pudo constatar la falta de un plan adecuado para la disposición final de los residuos pesqueros, que no solo representan un foco de infección para los habitantes de El Caracol, sino también un peligro ambiental que afecta al ecosistema marino cercano.
Ante este panorama, Mendoza Camacho hizo un llamado urgente a las autoridades municipales, a los pescadores y a la ciudadanía en general para que se preste atención a esta problemática.
“Los residuos que se generan en estas comunidades son, desafortunadamente, focos de infección, focos contaminantes en las comunidades. Hacemos un llamado urgente a las autoridades del ayuntamiento, a los pescadores y a los ciudadanos a que pongamos los ojos en estas problemáticas que parecieran minúsculas, pero en realidad se convierten en problemáticas muy grandes. Estas situaciones, que parecieran ser minúsculas, se convierten en graves problemas al no contar con buenas prácticas de manejo en la pesca ni en otros sectores”, comentó.
La falta de una gestión adecuada de los residuos pesqueros no solo pone en riesgo la salud pública, sino que también compromete el desarrollo sostenible de las comunidades costeras.
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En este sentido, la directora de Sucede destacó la necesidad de implementar soluciones innovadoras que permitan convertir estos residuos en recursos útiles, en lugar de agentes contaminantes.
“Podemos reutilizar estos subproductos y convertir lo que ahora es un problema en una oportunidad,” afirmó, haciendo referencia a la posibilidad de aprovechar los residuos pesqueros para la producción de harina, aceite de pescado, entre otros productos de valor comercial.
Además, Mendoza Camacho subrayó la importancia de fomentar este tipo de actividades económicas en las comunidades costeras, no solo para reducir la contaminación, sino también para generar nuevas fuentes de ingresos. Enfatizó que el crecimiento económico y social de estas localidades debe ir de la mano con el respeto y el cuidado del medio ambiente, especialmente en un contexto en el que el cambio climático representa uno de los mayores desafíos para las zonas costeras del estado.
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El trabajo de Sociedad en Acción Sinaloa se enfoca en acompañar a las comunidades costeras para que desarrollen habilidades y conocimientos que les permitan alcanzar un desarrollo armónico entre su capital social y el medio ambiente. Uno de los objetivos clave de la organización es entender los retos que estas localidades enfrentan ante el cambio climático y buscar soluciones que promuevan el bienestar colectivo y la preservación del entorno natural.
La exsecretaria de Desarrollo Sustentable de Sinaloa también recordó la importancia de fortalecer el liderazgo comunitario y de implementar prácticas que mitiguen el impacto negativo de los desechos en las zonas cercanas al mar.
“Es fundamental que generemos conciencia y actuemos de manera conjunta para proteger nuestros recursos naturales”, concluyó.
La situación en El Caracol es un claro ejemplo de los efectos negativos que puede tener la falta de gestión adecuada de los residuos en las comunidades costeras. Es urgente que se adopten medidas inmediatas para mitigar esta problemática, no solo por el bienestar de los habitantes, sino también para preservar los ecosistemas marinos que dependen de estas áreas.
