Guasave, Sinaloa. La historia de José Alberto, un niño guasavense que recientemente concluyó su última sesión de quimioterapia, es un testimonio de lucha, esperanza y amor incondicional.
Su madre, Deysi, compartió con emoción los momentos más duros que vivieron juntos en esta batalla contra el cáncer y cómo una promesa de un viaje a Guadalajara para conocer a Vicente Fernández le dio fuerzas para seguir adelante.
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Desde el inicio del tratamiento, Deysi decidió ser el pilar de fortaleza para su hijo.
“Cuando salí de la iglesia sí lloré, la verdad me aguanté ese rato, pero una de las cosas que yo siempre me ponía en mente y al levantarme le pedía mucho a Dios que me hiciera fuerte para que él no me viera llorar”, confesó.
Durante las largas noches en el hospital, Deysi se desahogaba cuando José Alberto dormía, evitando a toda costa que él la viera abatida. En su lugar, le transmitía ánimo y seguridad. “Sí se puede, José”, le repetía. Y él, con la inocencia y valentía que solo los niños poseen, le respondía: “Sí vamos a poder, mami, vas a ver”.
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Uno de los momentos que marcaron la lucha de José Alberto fue cuando en una de sus primeras visitas a Culiacán para recibir un procedimiento, se enteró de que Vicente Fernández, su ídolo, estaba también internado en el hospital.
“A él le ayudó mucho esa promesa que hicimos. Cuando íbamos a Culiacán para su primer aspirado vio que se había enfermado Vicente Fernández. ‘Amá, vamos a ver quién gana a salir primero, ¿yo o él del seguro?’, todo ese tiempo que estuvimos y al salir dijo: ‘Amá, le gané, ¿se irá a morir Vicente Fernández?, tiene que vivir para ir a conocerlo’. A mí se me salieron las lágrimas cuando supe que murió y él me dijo: ‘de todas maneras vamos a ir mami para conocer su rancho’”, le dijo el pequeño, tomándose la situación como un reto personal.
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José Alberto sintió tristeza, pero mantuvo en pie el sueño de conocer el rancho del “Charro de Huentitán”. “De todas maneras vamos a ir, mami, para conocer su rancho”, le comentó a su madre, con la ilusión de algún día pisar la tierra de su ídolo.
Para José Alberto, el viaje a Guadalajara se ha convertido en un símbolo de esperanza y recompensa. Deysi le ha prometido que, cuando el médico lo permita, realizarán ese anhelado viaje y cumplirán el sueño de volar en avión.
“Él tenía muchas ganas de conocer a Vicente Fernández, porque a mí me encanta la música de él”, mencionó Deysi. Consciente de los cuidados que su hijo aún necesita, explicó que el viaje deberá esperar hasta que pase el período de vigilancia médica de dos años, en el cual José Alberto debe ser monitoreado constantemente. “Como trae su portacat, no se puede viajar todavía. Pero una vez que todo esté bien, ese viaje será una realidad”, aseguró.
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Deysi también comentó que en Guadalajara tienen familiares, pues su padre es originario de Jalisco, por lo que la visita se convertirá no solo en una oportunidad de conocer los lugares que ella tanto le ha descrito a su hijo, sino también en un reencuentro familiar.
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Esta historia de superación y esperanza ha tocado el corazón de quienes conocen a José Alberto y su madre. Quienes, a pesar de los desafíos, este fin de semana tocaron la campana de la esperanza en la comunidad de Callejones de Guasavito y luego una caravana recorrió las principales calles para celebrar su última quimio.
El recorrido de José Alberto por las calles de Guasave celebrando el fin de su tratamiento, ha sido un recordatorio para todos de que con amor, fortaleza y fe se puede vencer cualquier obstáculo.
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Ahora, Deysi y José Alberto tienen un nuevo objetivo: el viaje a Guadalajara, que no solo es el cumplimiento de una promesa, sino la recompensa por un camino lleno de valentía y determinación.
Mientras tanto, su madre continúa cuidándolo con dedicación, consciente de que cada día es una victoria y de que el sueño de José está cada vez más cerca de hacerse realidad.