Concordia, Sinaloa. La venta de alimentos ya “no levanta” y parece que la actividad ya quedó en el olvido. Hasta hace unos meses, en diversos paraderos de la autopista Mazatlán-Durango eran muchos los negocios que se dedicaban a vender gorditas rellenas con diferentes guisos, como chicharrón, frijoles, huevo, machaca, chorizo, con huevo con nopales… varios platillos donde el automovilista o el trailero podía escoger su orden de tres, para comer ahí mismo, acompañado de un refresco o un café.
Sin embargo, este miércoles 9 de abril solo se observó un puesto abierto en la carretera, cerca de un punto de seguridad del Ejército Mexicano, Guardia Nacional y Policía Estatal Preventiva (PEP).
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Personas entrevistadas en el lugar informaron a Línea Directa que desde que empezó la guerra entre bandos contrarios, desde el pasado mes de septiembre, la violencia ahuyentó a las personas que se detenían a comer en los puestos. Y muchos negocios prefirieron cerrar sus puertas.
Los comercios que estaban en la zona conocida como “Corte Alto”, cerca de la comunidad de Santa Lucía, Concordia, y de la entrada al Túnel El Sinaloense, estén cerrados. Solo había un puesto que reabrió sus puertas hace unos 15 días.
Al recorrer la región, para cruzar el puente atirantado Baluarte, ya en el lado de Durango, a unos 300 metros, se encontraban dos paraderos más con puestos de venta de “gorditas” rellenas y otras comidas.
Sin embargo, parecen “puestos fantasmas”, ya que también están en el abandono.
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Personas consultadas informaron que están así abandonados desde el pasado mes de septiembre, por la misma violencia. Que sus propietarias eran personas que venían de la comunidad serrana de El Palmito, Concordia, y vendían comida en esos lugares.
Sin embargo, la inseguridad los ahuyentó y solo quedaron los galerones, algunos ya afectados por el mismo abandono. Es preciso aclarar que, al recorrer cada negocio, no se localizaron signos de violencia o daños por balas, solo el deterioro que deja el paso del tiempo.
Las vendedoras confiaron en que la seguridad se restablezca para que la gente llegue a comprarles sus “gorditas”, ya que actualmente, reconocen que son los mismos choferes de tráileres y alguno que otro conductor que hacen su parada para desayunar o comer antes de proseguir su camino por la autopista Mazatlán-Durango.
