Guasave, Sinaloa. La reciente llegada anticipada de frentes fríos a la región ha encendido las alertas sobre un posible invierno más frío de lo habitual en Sinaloa. Según el doctor Juan Espinosa Luna, experto en Geofísica Aplicada, este fenómeno es un indicador de que la entidad podría enfrentar temperaturas más bajas en los próximos meses, especialmente durante febrero, el mes que suele registrar los fríos más intensos.
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Espinosa Luna explicó que el adelanto de los frentes fríos es un fenómeno que no debe tomarse a la ligera.
“Esto de los frentes fríos, el hecho de que se hayan adelantado es una buena perspectiva para entender que podríamos tener un invierno más frío de lo que normalmente se experimenta aquí en Sinaloa. El pronóstico que tenemos extendido es que esperamos fríos más intensos, sobre todo en el mes clásico para estos fenómenos: febrero, cuando se pueden llegar a presentar tremendas heladas”, comentó el especialista.
De acuerdo con el pronóstico a largo plazo que manejan los expertos, se prevén fríos más intensos para el próximo invierno, en comparación con el año anterior, señaló Espinosa Luna, advirtiendo sobre la posibilidad de un invierno inusualmente gélido en la región.
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En términos de cifras, se espera que las temperaturas durante el próximo invierno sean por lo menos dos grados más bajos, en comparación con el año pasado, lo que aumenta la probabilidad de heladas significativas, particularmente en las zonas agrícolas que podrían verse afectadas. Esto podría tener un impacto en los cultivos sensibles al frío, un tema que preocuparía tanto a agricultores como a economistas locales.
A pesar de las predicciones actuales, el doctor Espinosa Luna también subrayó que aún es temprano para hacer un pronóstico completamente certero a largo plazo.
“Ahorita es muy temprano para hacer un pronóstico tan extenso, porque ya ves cómo cambian en cuestión de horas”, dijo.
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La naturaleza impredecible del clima hace que los pronósticos deban ajustarse constantemente, lo que añade un nivel de complejidad al trabajo de los meteorólogos y geofísicos.
“Es increíble cómo nos trae de cabeza volviendo a hacer la programación”, agregó Espinosa Luna, con cierta frustración, explicando cómo la variabilidad de las condiciones climáticas requiere una vigilancia constante.
“No terminas con uno cuando ya te cambiaron como 40 variables. Es un proceso agotador”.
