Sinaloa.– Los casos de extorsiones telefónicas y secuestros virtuales no han distinguido ni edades, profesiones o condición económica, y aunque el “modus operandi” que los vivales están utilizando no es muy distinto a los ya conocidos, el miedo se apodera de las víctimas que caen y los hunden en momentos desesperantes.
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El alto flujo económico que se mueve en esta temporada con los aguinaldos, ahorros, quincenas, entre otros, también reactivaron a aquellos que sólo están viendo la oportunidad de aprovecharse y “darse su Navidad”, activando números al azar y hostigando al primero que caiga en sus redes.
Una simple “me confundí” puede activar una historia para nada deseada. Esta llamada puede o no darse.
“Es el número que me dio mi hija; ¿es el número “tal”?. No, es el número “tal”, Muy bien usted disculpe, pero ¿es ahí en Los Mochis verdad?. Sí, es de Los Mochis”: Así inicia lo que puede ser una agonía para quienes se dejan llevar.
Horas después, el inicio de la extorsión y de lo que podría ser un secuestro virtual con consecuencias desesperantes.
“Hemos detectado que usted realizó una denuncia de camionetas que pertenecen a “la gente” o al “cártel de Sinaloa”; debes ir con la abogada o abogado (tal) para que aclares la situación. Te vamos a volver a llamar pero antes vete a este lugar del que estás cerca y ahí espera”.
Así comienza un secuestro virtual en el que, sin llevarte como en otras ocasiones a un hotel, o a un solo lugar, los vivales te van guiando por ciertos lugares, y constantemente te están indicando que no cortes la llamada para evitar que te comuniques con tu familia.
Las horas pasan… lo que los extorsionadores saben y tu no.
Y mientras tu o tus familiares caminan siguiendo instrucciones que te llevan a todas partes, pero a ningún sitio en particular, ellos, tus captores virtuales están , desde otra línea, hostigando a tus familiares e exigiéndoles el “pago de rescate” para libertarte.
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Palabras como, “si no pagas lo mato” son las primeras que escuchan quienes están del otro lado de la línea, y de inmediato ante el temor, sucumben a las amenazas y llegan a depositar en cuentas que luego desaparecen, cantidades considerables.
Si los extorsionadores no tienen lo que quieren de inmediato, ahora la víctima comienza a vivir su peor pesadilla.
“Te estamos vigilando, no cuelgues, no te muevas o te vamos a matar”, la intimidación sube de nivel cuando los vivales no logran rápidamente su objetivo, por eso ahora van sobre ti o quien está siendo manipulado para “esconderlo”.
“Tómate una foto como si estuvieras amarrado o te mato”, otra de las indicaciones que luego los extorsionadores envían a la familia para que acelere “el pago” y cumplir su cometido.
¿Qué tiene que hacer la víctima de secuestro virtual?
- Antes que nada, NO RESPONDAS A NÚMEROS DESCONOCIDOS.
- Ante cualquier llamada “equivocada” evita dar información sensible como ubicación, nombre de familiares, entre otros y CUELGA.
- Si “caiste”, busca grupo de personas, una zona concurrida y dirígete ahí, si miras a un policía pide ayuda.
- Llama lo más pronto posible a algún familiar sin importar que te digan que tu teléfono está intervenido, o que tienen a tu familia secuestrada. El 911 siempre será la mejor opción si temes comprometer a más personas.
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¿Qué deben hacer los familiares que están recibiendo la extorsión?
- Marquen insistentemente a su familiar aunque les indiquen los secuestradores que no lo hagan porque “lo matan”.
- Marquen al 911 para que se active el operativo de búsqueda.
- NO DEPOSITEN dinero.
- Si logran comunicación con su familiar, díganle que está siendo víctima de extorsión, que vaya a un lugar seguro, que cuelgue, llame a la policía o a la persona que puede activarse para su auxilio lo mas pronto posible.
El temor “congela”, sí, pero el instinto de supervivencia sobresale de los peores momentos, evita ser víctima de extorsionadores que roban tu tiempo, tu paz y seguridad.