Los Mochis, Sin. Prepara sus escasos alimentos en una hornilla con leña al aire libre porque le robaron el cilindro de gas y no tiene cocina, pues vive en un reducido cuartito de cartón hecho con pedazos de este material de desecho desde las paredes hasta el techo, por lo que el frío se cuela por todas partes.
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La señora Juana Hilaria Barreras Cárdenas, o doña “Juanita”, como le dicen sus vecinos, tiene más de tres años habitando en la invasión La Guamuchilera junto con su pequeña nieta de 6 años, de quien es tutora en la escuela primaria y son muchas las necesidades que pasan en este endeble refugio debido a la pobreza extrema en que viven.
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Esta señora, quien el próximo 31 de diciembre cumplirá 53 años, al ser abordada por Línea Directa en su precario hogar, tímidamente se limitó a pedir ayuda de barrotes y fajillas para “reforzar” el frágil techo hecho con cajas de cartón y que amenaza con caerles encima en el primer viento o lluvia que caiga.
“Lo que se necesita más son barrotes y fajillas, ya que de techo pues hule, cartón o como sea, pero sí nos faltan barrotes… Incluso este año nos fuimos al albergue porque se inundó todo donde estábamos y casi se nos caía encima el cuartito”.
Para subsistir, doña Juanita se esfuerza por hacer lo que puede para vender, además de cuidar y llevar a su nieta a la escuela, y aunque recibe ayuda de un hijo que vive con ellas y trabaja en el campo, lo poco que gana no les alcanzan.
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“Le hago de todo un poco, pero ahorita el que más se ha movido es mi hijo, hago tortillas o vendemos ropita usada, mi hijo ahorita anda limpiando un terreno o se va a trabajar al campo, pero no es suficiente porque en el campo les pagan 180 pesos”.
Antes de llegar a habitar estos terrenos de invasión donde ahora los vecinos le pasan un cable con luz para alumbrarse y una manguera para el agua, habitaba otra invasión más lejana donde tenía que sacar agua del canal y no tenía electricidad.
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Y es que invadir un terreno sin servicios básicos por la necesidad de tener un lugar donde vivir no deja otra alternativa cuando ya no se tiene la manera de cómo seguir pagando casa de renta toda la vida, lamentó la señora Juanita.
