Los Mochis, Sin.- Abordando a las personas en las entradas de los panteones, y otros caminando de tumba en tumba, grupos de músicos aprovechan este Día de las Madres para ofrecer a los visitantes sus servicios de interpretar en vivo las canciones favoritas que fueron de las mamás en vida, y que ya no están en este plano terrenal.
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Cargando guitarra, acordeón, bandolón y requinto, los músicos esperan que los dolientes de las madres fallecidas los llamen para tocar algunas melodías, pues cada día se pone más difícil porque ya no es como antes que en los panteones podían tocar hasta 20 o 30 canciones durante cinco o seis horas a una sola familia en una sola tumba, sino que ahora la mayoría se conforma con llevar flores, expresa el señor Octavio Falomir Verduzco, quien tiene 45 años dedicándose a la música.
“Esperando alegrar a las mamacitas, pero cada año es menos, antes había veces que tocábamos cinco o seis horas, y ahora tocamos dos o tres piezas en una tumba, cinco en otra y así, no se pega la gente como antes que tocábamos hasta 20-30 canciones en una sola”.
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La carestía de la vida, ya que todo está más caro y la gente no tiene suficientes recursos económicos, provocan que la música sea el último gusto que se dan muchas personas, pero a pesar de ello, Dios provee, dice don Octavio Falomir Verduzco, al asegurar que de esta actividad ha sacado adelante a su familia, pues tiene 45 años en este oficio “y gracias a Dios aquí ando todavía”.
El experimentado músico, explica que además de tocar en fechas festivas, tienen clientes que les piden sus servicios a domicilio, y así se la “barajean”, pero, además, todos los días trabajan en la playa porque en el mar la gente les paga mejor sus canciones.
