Los Mochis, Sin.- El estruendo de los “cuetes” puede afectar muchas personas con trastorno del espectro autista (TEA) que experimentan hipersensibilidad auditiva, lo que significa que ciertos sonidos pueden resultarles abrumadores, dolorosos o incluso aterradores, alertó la presidenta de la asociación Autismo Mochis, Blanca Solano Hernández.
Los ruidos fuertes e impredecibles, como los “cuetes”, pueden desencadenar respuestas de estrés extremo o malestar con diversas reacciones o daños, como estrés y ansiedad, ya que los sonidos intensos pueden ocasionarles incluso taquicardia, respiración rápida o pánico.
También puede causarles crisis sensorial, lo que puede llevar a episodios de llanto, gritos o comportamiento autolesivo; algunos pueden reaccionar físicamente al estrés con dolores de cabeza, náuseas o tensión muscular, agregó la especialista y madre de una joven con autismo.
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Además, pueden provocar trauma psicológico, ya que las exposiciones repetidas a ruidos traumáticos pueden generar miedo persistente, aversión o problemas para salir de casa en épocas festivas, además de que los estruendos interrumpen el sueño y pueden alterar sus patrones de sueño, afectando su bienestar general.
“El estruendo de los ‘cuetes’ puede afectar a nuestros chicos debido a su sensibilidad sensorial, muchas veces muchas personas con las condiciones del espectro autista experimentan hipersensibilidad auditiva, lo que significa que ciertos sonidos pueden resultarles abrumadores, dolorosos e incluso aterradores”.
Para proteger a las personas con autismo de la exposición a la pirotecnia se recomienda informarles previamente sobre el evento, anticipando cuándo y dónde habrá pirotecnia, para que se prepararen emocionalmente, recomendó Solano Hernández, presidenta de la asociación conocida como la Casita Azul.
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Crear una rutina calmante antes y durante el momento de los estruendos puede reducir el impacto del ruido, así como mantenerlos en un ambiente seguro y tranquilo como una habitación alejada de la zona donde se usan los “cuetes”.
Utilizar música relajante o ruido blanco con auriculares para cubrir los sonidos externos o usar tapones para los oídos, auriculares con cancelación de ruido o cascos especiales diseñados para bloquear sonidos fuertes, también ayuda.
Además, la comunicación y el apoyo son fundamentales en estos casos, por lo que, si es posible, hay que hablar con los organizadores, así como promover campañas de concienciación sobre el impacto negativo de la pirotecnia en personas con TEA y otros grupos vulnerables, además de impulsar alternativas silenciosas como el uso de fuegos artificiales silenciosos, que ya existen en muchos países, para evitar estruendos.
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El acompañamiento y la distracción son fundamentales, por lo que se debe mantener la compañía de alguien de confianza que pueda ofrecer seguridad y distracción durante los momentos de mayor ruido.
Por todo lo anterior, resulta necesario promover una mayor conciencia sobre el impacto de los estruendos de los “cuetes” en las personas con autismo, así como en adultos mayores, bebés y animales.
Asimismo, se necesita fomentar leyes que limiten o prohíban los “cuetes” ruidosos en zonas habitadas, por lo que proteger a las personas con autismo de los efectos negativos de la pirotecnia requiere tanto medidas individuales como una mayor empatía y responsabilidad social, puntualizó la presidenta de Autismo Mochis.