Mazatlán, Sin.- El oficio de bolero es uno de los trabajos más representativos del país que por muchos años tuvo una relevancia importante en las personas que requerían que sus zapatos lucieran brillantes, ya sea para ir a trabajar o alguna fiesta; sin embargo, hoy en día son menos los que solicitan este servicio.
En la plazuela República, en el centro de la ciudad, se puede apreciar un grupo de señores que ofrecen su oficio todos los días del año.
Es el caso de Juan Chávez, que desde hace de 20 años tiene su cajón de bolero en este sitio del primer cuadro de la ciudad, que asegura, le ha permitido salir adelante; pero reconoció que en los últimos años ha bajado la afluencia de personas que acuden a bolear sus zapatos.
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“No, ya bajó mucho; ya no es como antes, (usan) mucho tenis, muchos huaraches”.
– Antes ¿a cuantas personas atendía?
“Pues unas 20, 30”.
-¿Y ahora?
“Unas 10 o 15 por lo mucho”.
Don Juan es de Ciudad Juárez, Chihuahua. A los 12 años su papá le enseñó este oficio y le inculcó amarlo y respetarlo; pero a la edad de 31 años se mudó a Mazatlán y decidió trabajar como bolero para llevar el sustento a su familia.
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Esta tradición representativa del país se está perdiendo, insistió, y puede deberse a que ya son menos las personas que usan zapatos de vestir pues prefieren otro calzado.
En sus años de bolero, recordó que le ha tocado conocer artistas como Joan Sebastián, Julio Preciado y José Ángel Ledesma Quintero (El Coyote).
Cabe destacar que don Juan no solo bolea zapatos, sino que también repara y lava tenis. Todos los días se coloca en la plazuela República a las 6:30 de la mañana y se retira a las 18:00 horas, donde los costos de los servicios van desde los 30 hasta los 80 pesos, lo cual depende del trabajo a realizar.