Culiacán, Sin. – Una bala perdida apagó la vida del pequeño Jared de 5 años, quien fue despedido por familiares y amigos en una funeraria de Culiacán. Ahí, sus dolientes lloraban, algunos guardaban silencio y otros se aguantaban la rabia ante lo que consideran una injusticia.
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No hay nadie que asuma la culpa y al mismo tiempo, cualquiera que haya disparado al aire durante la celebración de Año Nuevo, pudo haber sido el asesino.
A decir del secretario de Salud, el proyectil se incrustó en el cráneo y dañó su sistema nervioso central, lo cual complicó todo. El personal médico y de enfermería del Hospital Pediátrico de Sinaloa, vivieron un momento dramático y de mucha angustia al intentar salvarlo sin éxito.
A través de las redes sociales, un vecino de la familia de Jared narró los momentos previos a la “lluvia de balas”, que causaron la muerte al pequeño y alcanzó a otras cuatro personas, entre ellas otro niño de 7 años que se encuentra en recuperación.
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El usuario de Facebook expresó:
“Sólo queríamos recibir el Año Nuevo con una cena tranquila y pasarla a gusto. Por lo mismo le dijimos a los niños ya rompan la piñata a las 10:49 pm para que ya estén dentro y no salgan. Esperamos que dieran las 12:00 de la noche todos estando adentro de la casa dando el abrazo y celebrando Año Nuevo. A pocos minutos pasó la tragedia”.
Fue en ese momento cuando el vecino del pequeño Jared escuchó el lamento de un padre asustado al ver caer a su hijo al suelo.
“Algo le cayó a mi hijo en la cabeza”.
El relato prosigue así:
“Se nos cayó el mundo encima, pasó de ser abrazos y risas a la angustia, el desespero, la locura. Solo salió a ver los cuetes sin que nos diéramos cuenta y de un momento a otro ya estaba en el suelo con un impacto de bala en la cabeza. El camino al hospital se nos hizo eterno, pisé a fondo, brinqué semáforos, lo hice lo más rápido posible. Lamentablemente no fue cuestión de tiempo, sino del daño que había sufrido el pequeño Jared”, enfatizó.
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El cortejo fúnebre salió despacio rumbo al Panteón de El Ranchito, muy despacio en contraste con la velocidad con la que fue trasladado al hospital, la tristeza embarga a familiares y seres queridos quienes sienten que, a partir del 2023, ya nada será igual, no por el cambio de año sino por la ausencia del pequeño Jared.
