Los Mochis, Sin.- 49 niños y jóvenes que han sido rescatados de trabajar en la calle, muchos de ellos pidiendo dinero mientras limpian vidrios o hacen malabares, actualmente están integrados al Programa de Atención a Niñas, Niños y Adolescentes en Situación de Riesgo (Pannasir) de DIF Ahome, donde reciben alimentación, educación, capacitación así como atención médica y psicológica.
El encargado de la oficina en Pannasir, Daniel Borboa Medina, informó que al cierre del año pasado tenían un padrón de 46 niñas, niños y adolescentes que recibieron esta atención, de los cuales 15 egresaron de primaria y cinco de secundaria.
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Mientras que en lo que va de este 2024 han recibido tres ingresos de menores que han sido canalizados por la Procuraduría de Niñas, Niños y Adolescentes de DIF Ahome, aunque a veces son de los mismos niños que trabajan en los cruceros.
De los niños que en el 2023 lograron concluir sus estudios de educación básica, hay una niña que estuvo internada en un centro de rehabilitación de adicciones a quien el personal de Pannasir le llevaba los trabajos escolares y cuando había exámenes iba por ella y la llevaba a sus instalaciones para que los presentara y después la trasladaba de regreso al centro de rehabilitación para que continuara su tratamiento.
Precisó que actualmente dos de los menores atendidos por Pannasir están internados en centros de rehabilitación, pero solo uno de ellos por adicción al consumo de sustancias tóxicas, mientras que el otro solo es para recibir alojamiento.
“Ahorita tenemos dos niños que están en centro de rehabilitación, pero uno de ellos no por adicciones sino porque tuvo un problema familiar y el centro nos apoya a tenerlo en un lugar seguro, con sus comidas y que estén al pendiente de él y ha tenido resultados favorables porque entró sin saber leer y escribir, y ahora acude al CAM 34 de a un lado y les lee cuentos a los niños con discapacidad y es algo que nos llena de orgullo, tiene 12 años. El otro menor de aproximadamente 14 años que está en un centro de rehabilitación es un adolescente también”.
El funcionario municipal explicó que en los recorridos para detectar menores trabajando en las calles buscan ganarse la confianza de esos niños para concientizarlos sobre los riesgos que corren y así tratar de que se retiren, además de saber si estudian o no para garantizarles ese derecho, por lo que les piden su dirección para visitarlos en su domicilio y ver las condiciones en las que viven para conocer sus necesidades y solventarlas en lo posible o canalizarlos a donde les puedan ayudar.
Sin embargo, detalló que no es algo fácil porque muchos menores al ser abordados huyen tal vez por miedo y en esos casos los dejan que se vayan tranquilos y evitan acercarse para no tener algún posible accidente, pues en forma humana y armoniosa buscan concientizarlos de que DIF está para ayudarlos, no para afectarlos.
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Agregó que en los casos de personas migrantes de otros países aunque les brindan la misma atención a sus necesidades ellos no aceptan mucho apoyo de instituciones por temor de que al proporcionar sus datos los deporten a su país de origen.
Incluso aclaró que algunas veces niños y adolescentes que son retirados de trabajar en la calle regresan, por lo que lo mas importante es que la sociedad evite darles dinero y busque informarles que existen instituciones como DIF que están para ayudarlos y garantizarles sus derechos.
“Estos menores en situación vulnerable pueden vivir mejor pues aun cuando no los conozcamos, si los ayudamos, es posible que mañana sean un médico que nos puede salvar la vida y si no los ayudamos pueden ser el próximo asaltante que nos haga algún daño”, reflexionó Daniel Borboa Medina.