Hoy es el Día Mundial del Trastorno Bipolar. Se celebra cada año el 30 de marzo porque coincide con el nacimiento del pintor Vincent Van Gogh, quien se cree que padecía este trastorno. Al celebrar este día se busca sensibilizar a la población sobre esta enfermedad mental que según la Organizacion Mundial de la Salud es la sexta causa de discapacidad en el mundo y que afecta, solo en Estados Unidos, a mas 10 millones de personas.
Aunque las causas del trastorno bipolar no se conocen por completo, se cree que es producto de múltiples factores que pueden contribuir a su desarrollo. Se ha encontrado que la genética, la biología y situaciones ambientales y del entorno así como experiencias de vida podrían influir de forma importante en el desarrollo. Las anomalías en la estructura y función del cerebro, así como los desequilibrios en los neurotransmisores, también pueden contribuir al trastorno bipolar que se sabe, afecta por igual tanto a hombres como a mujeres y que suele aparecer a partir la adolescencia.
Hablar del trastorno bipolar es hablar de una enfermedad mental seria. En esta, se presentan cambios extremos en el estado de ánimo que comprenden tanto etapas de altos emocionales conocidos como episodios de manía como etapas de bajos emocionales llamados también estados depresivos.
Cuando se está en una etapa de manía, la persona experimenta un estado de ánimo anormalmente elevado, lo que se manifiesta como una especie de euforia desbordada. Durante la fase maníaca, la persona puede sentirse increíblemente feliz, tener una autoestima exagerada o vivir momentos de grandiosidad, disminución de la necesidad de dormir, taquilalia (trastorno de la fluidez del lenguaje oral caracterizado por un ritmo demasiado rápido y con un discurso desordenado), entre otros síntomas.
En algunos casos, la persona puede disfrutar de la manía y no tomar medicamentos, lo que puede hacer que la crisis dure más tiempo. Además, durante esta etapa de manía, la persona puede decir y hacer cosas inusuales o hirientes. Durante un episodio maníaco, la persona puede sentirse frustrada y aislada de otras personas. Pasar tiempo con la persona y caminar juntos puede ayudar a la persona a sentirse menos aislada.
Por el contrario, durante la etapa depresiva, la persona puede experimentar síntomas que son lo suficientemente graves como para causar dificultades evidentes en las actividades diarias. Los síntomas de etapa depresiva incluyen tristeza, pérdida de interés en actividades que antes disfrutaba, cambios en el apetito y el sueño, fatiga, sentimientos de inutilidad o culpa, dificultad para concentrarse e incluso pensamientos de muerte o suicidio.
Son tres tipos de trastorno bipolar: el trastorno bipolar tipo I, el trastorno bipolar tipo II y la ciclotimia.
En el trastorno bipolar de tipo I, los síntomas incluyen episodios maníacos, depresivos y mixtos. Los episodios maníacos duran al menos 7 días o son tan graves que necesitan atención hospitalaria inmediata. Los episodios depresivos también son frecuentes y suelen durar al menos dos semanas.
En el trastorno bipolar de tipo II, los episodios depresivos son más frecuentes que los episodios maníacos, y los episodios maníacos son menos graves y se conocen como episodios hipomaníacos.
En la ciclotimia, los síntomas hipomaníacos y depresivos no son tan intensos o duraderos como los episodios hipomaníacos o depresivos.
Es importante anotar que el diagnóstico del trastorno bipolar puede ser difícil en niños y adolescentes ya que los síntomas pueden confundirse con los de otros padecimientos.
Los tratamientos principales para el trastorno bipolar consisten en medicamentos, terapia psicológica y cambios en el estilo de vida.
Los medicamentos utilizados para tratar el trastorno bipolar son principalmente estabilizadores del estado de ánimo, antipsicóticos y antidepresivos. Es importante tener en cuenta que algunos de estos medicamentos pueden aumentar el apetito u ocasionar cambios en el metabolismo que provocan aumento de peso.
Además, el grado de eficacia del tratamiento farmacológico para tratar los síntomas del trastorno bipolar también cambia según la persona, por lo que puede ser necesario un proceso de búsqueda y ajuste en el tratamiento para encontrar los medicamentos y dosis adecuada para que funcionen de la mejor manera. Son los psiquiatras los médicos especialistas encargados de llegar al diagnóstico y tratamiento médico del trastorno bipolar.
Es importante destacar que el tratamiento con medicamentos es de por vida, incluso durante los períodos en los que la persona se sienta mejor. Aquellas personas que se saltean el tratamiento de mantenimiento tienen un mayor riesgo de que reaparezcan los síntomas o de que los cambios menores en el estado de ánimo se conviertan en episodios completos de manía o depresión.
Además del tratamiento farmacológico, la terapia psicológica puede ser un complemento importante al tratamiento en el trastorno bipolar. La psicoeducación es una parte fundamental de cualquier proceso terapéutico, ya que ayuda a los pacientes y sus familiares a comprender mejor el trastorno y su tratamiento Apegarse a un proceso de psicoterapia muy conveniente en el tratamiento del trastorno bipolar, ya que se enfoca en la interacción entre los pensamientos, emociones y conductas de los pacientes y puede mejorar la adherencia del paciente al tratamiento médico, reducir las tasas de recaída y rehospitalización, además de mejorar la calidad de vida del paciente y sus familiares.
Con respecto a los cambios en el estilo de vida que pueden ayudar a manejar el trastorno bipolar, estos incluyen: hacer ejercicio con regularidad, dormir lo suficiente, evitar el alcohol y las drogas y buscar apoyo emocional a través de un proceso de psicoterapia o en la propia familia.
Las personas con trastorno bipolar deben tener en cuenta que esta enfermedad no tiene nada que ver con la personalidad y que no se es bipolar, sino que se tiene un trastorno mental.
Atender el tratamiento con puntualidad y de una forma correcta permite que las personas con trastorno bipolar trabajen, estudien y vivan una vida plena y productiva.
Muchos pacientes, tras un tiempo de tomar correctamente el tratamiento, regular sus hábitos y abstenerse de tomar alcohol y drogas, han podido llevar una vida normal, tanto en el aspecto laboral como social y familiar.
Te agradezco cualquier comentario acerca de esta columna y si crees necesitar acompañamiento psicológico profesional con respecto a este tema o conoces a alguien que lo necesite, contáctame a través de este link: https://heylink.me/JUANJOSEDIAZ
Te dejo un abrazo
Juan José Díaz