De principio no creo que Irene Vallejo, haya leído la columna “tránsfuga” que en la década de los 90´s del siglo pasado se escribía, Ismael Bojórquez, en un diario local en Sinaloa. A lo mejor si la leyó, y estoy equivocado.
Irene Vallejo escribió un artículo en un diario español, el cual viene incluido, en su libro El futuro recordado, el cual lleva el título Tránsfuga, artículo que me hizo recordar la columna del periodista, Ismael Bojórquez.
Irene Vallejo, nos habla del mayor tránsfuga de la democracia ateniense: Alcibíades, discípulo de Sócrates. Vendió sus servicios a las tres grandes potencias enemigas de la época, una detrás de otra. En la antigüedad los grandes tránsfugas no se limitaban a cambiar de partido, sino de país.
A diferencia de la antigüedad, ahora los tránsfugas no cambian de país, cambian de partido político. Brincan de un partido a otro, sin ningún recato. Los principios no les estorban, son versátiles.
Se esperaba con ansias esa columna porque hablaba de los dirigentes estudiantiles de la UAS de la década de los 70´s, y de los dirigentes de los partidos de izquierda, que por alguna razón, ya 15 o 20 años después, habían cambiado su ideología y predominaba en ellos el pragmatismo. Ahora eran jilgueros del partido en el poder, y estaban colocados en puestos, ya sea federal o estatal.
Alcibíades empezó su trayectoria desertando de Atenas cuando era general y en plena guerra para evitar comparecer ante los tribunales. Huye de Atenas y se refugia con el enemigo, en Esparta, donde asesoró a los espartanos sobre la forma de destruir a Atenas.
Era común escuchar entre los políticos de México, que la mejor escuela de cuadros del PRI eran los Partidos de Izquierda. Como presagiando, allá van a parar.
Alcibíades se metió en problemas por una intriga amorosa con la mujer del rey espartano y recurrió de nuevo al transfuguismo, esta vez con los persas.
Lo mismo pasó con algunos tránsfugas en México, eran del PRI, y cuando el PAN llegó al poder, no dudaron en cambiar de partido y ser parte del panismo en el gobierno. El PRI les dio todo, y cuando no los hicieron candidatos se fueron al PAN.
Donde quiera que iba, Alcibíades se adaptaba, cambiaba como un camaleón y conspiraba hasta convertirse en el personaje influyente.
Cuando el PAN pierde el poder, no dudan en incorporarse a las filas de MORENA. No lo hacen con humildad. Vienen por el poder que da MORENA, buscan senadurías y la gubernatura. La humildad no la conocen, tener poder es su razón de vivir.
Al final de la guerra Alcibíades era considerado como enemigo público en todas partes.
Sobre él se decía: “Por fortuna, solo hay un Alcibíades: Grecia no habría podido soportar dos”.
Así son quienes se aferran al poder y prefieren cambiar de bando que abandonarlo.