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Agropecuaria

El declive de la agricultura sinaloense

En Sinaloa se ha mantenido durante las últimas décadas una narrativa que destaca la fortaleza productiva de su campo. Se dice somos el granero de México,...

Héctor Avilés Ochoa
Línea Directa. | Columnista Héctor Avilés Ochoa.

En Sinaloa se ha mantenido durante las últimas décadas una narrativa que destaca la fortaleza productiva de su campo. Se dice somos el granero de México, que Guasave es el corazón agrícola de México. Algunas veces se ha rayado en la exageración. Durante el gobierno de Malova se afirmaba que el estado producía el 30 % de los alimentos a nivel nacional. Ello es parcialmente cierto pero también proyecta una suerte de chovinismo desgastado, que ya no se puede  sostener. Lo cierto es que Sinaloa aporta el 7 % del producto primario del país y así ocupamos el honroso tercer lugar nacional, al superarnos Jalisco y Michoacán. Pero otros estados como Veracruz y Guanajuato, con agriculturas más diversificadas y dinámicas ya compiten por nuestra posición. En temporada de invierno Sinaloa es competitivo en hortalizas y en un ciclo agrícola normal genera el 25 % de la producción nacional de maíz blanco.

Antes de la apertura comercial el campo sinaloense llegó a tener un abanico de 10-12 cultivos diferentes. A partir del Tratado de Libre Comercio (TLC), el año de 1994, esta condición se perdió drásticamente. La siembra de maíz cobró una gran preponderancia y desaparecieron rápidamente las industrias aceitera, arrocera, los ingenios cañeros. El campo de Sinaloa resultó perdedor con el TLC. Pero con este profundo cambio estructural la agricultura de otros estados de la República ganaron importantes mercados: Michoacán con su oro verde, el aguacate; Colima con su limón; Jalisco con sus berries; Guanajuato con la producción de brócoli, ajo, etc. La exportación del tequila ha capitalizado a Jalisco, la cerveza a Nuevo León. Vale señalar que México es una potencia mundial en materia de exportaciones agroalimentarias, con una factura anual que ronda los 50 mil millones de dólares.

Durante el llamado periodo neoliberal el gobierno de México estableció una política de precios para granos básicos que tomó como referencia la Bolsa de Chicago. Se liberalizaron las importaciones, desapareció la Conasupo y la política de precios de garantía.

Con los gobiernos de la 4T las condiciones no han cambiado de manera sustancial. Los programas Sembrando Vida, de Precios de Garantía y Fertilizantes Gratuitos se orientan básicamente para los pequeños productores del sur-sureste del país, que producen básicamente para el autoconsumo. La agricultura comercial ha sido relegada. Los precios de granos como el maíz se siguen fijando con base a la Bolsa de Chicago; desapareció el Procampo y la Financiera Rural; se redujeron las partidas del presupuesto federal para apoyar la comercialización de granos y cereales.

Durante el tercer trimestre de 2024, la actividad primaria de Sinaloa registró una contracción de 17.5 %, lo que representó el peor desempeño a nivel nacional. Este año 2025 las condiciones de la agricultura sinaloense son dramáticas. Las presas están a un 14 % de su capacidad de almacenamiento y la siembra de maíz disminuirá, de 600 mil a 150 mil hectáreas. Hace unos días se dictaminó que México perdió el panel del maíz transgénico y ahora se abrirán las importaciones de maíz estadounidense para el consumo humano. Ello significará una fuerte afectación para el campo sinaloense. Peor imposible.

Fuente: Internet

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