Las sociedades no se detienen, y siempre están cambiando, evolucionando. Lo mismo pasa con el ordenamiento jurídico de la sociedad. Lo permanente es el cambio.
Termina la Legislatura LXIV del Congreso del Estado de Sinaloa y hay satisfacción de sus integrantes por el trabajo realizado, están conscientes que lo que se hizo no es suficiente, y que la sociedad merece más. Qué siempre hay algo por hacer.
Se trabajó con mucha responsabilidad para que todo precepto legislativo y toda actividad parlamentaria, estuviera al servicio de los sinaloenses.
Todos los grupos parlamentarios y diputados sin partido, se expresaron en tribuna y en sus respectivas comisiones con entera libertad, cuantas veces así lo quisieron. A nadie se le excluyó, a todos se les escuchó. Hicieron uso de la voz todos los actores políticos y sociales en parlamentos abiertos y en reuniones de trabajo. El Congreso del Estado es la casa del pueblo.
Miles y miles de personas acudieron en estos tres años a este Palacio Legislativo. A todos se les atendió, y se le buscó solución a su problemática, resolviéndola o canalizándola a la instancia que correspondía.
Lo que se discute, lo que hace, lo que se acuerda en este congreso, se sabe en todos los rincones de Sinaloa, del país y del mundo.
Las reuniones de sus comisiones legislativas y las sesiones de su pleno, se transmiten por las principales plataformas digitales. Se cuenta con la infraestructura tecnológica de punta, y con personal capacitado y con mucha disposición de trabajar y de servir.
Se discutió con enjundia, con fuerza, a veces con posiciones ríspidas y hasta encontradas, como se tienen en todos los parlamentos del mundo. Se escucharon todas las ideologías, todas las posiciones políticas. Nunca debemos olvidar que la política es razón y es pasión.
En estos tres años de ejercicio, se expidieron 10 leyes nuevas, 75 reformas, adiciones y reformas constituciones.
Hoy se tienen mejores instrumentos jurídicos para seguir combatiendo la corrupción, garantizando los derechos de las mujeres al aprobarse la agenda púrpura, más leyes para tener mejorar las condiciones de los pueblos y comunidades indígenas, armonizaciones de leyes orgánicas de universidades para que hagan mejor sus funciones sustantivas de docencia, investigación y extensión universitaria, atención a grupos vulnerables, fomento a la actividad económica, vivienda, salud, y derechos humanos.
Corresponde a la Legislatura LXV continuar con el legado de la Legislatura LXIV, mejorar lo que se ha hecho, y superarlo.