Zapopan, Jalisco.- Alejandra ‘S’, quien está en el grupo de los 33 detenidos tras los hechos registrados el lunes en la Colonia Chapalita, ya había sido arrestada en septiembre de 2019 por la Policía de Guadalajara, incluso se mencionó que estaba recluida en Puente Grande.
También lee: ¿Cómo solicito la visa de trabajo temporal H-2B para Estados Unidos?
La joven, de 21 años, había sido procesada por llevar consigo un arma de fuego con 12 tiros útiles.
Un año y siete meses después, la corporación tapatía la detuvo tras la balacera y el operativo que se desataron en la colonia Chapalita, hechos en los que se localizaron tres casas de tortura, armamento, drogas y en donde había siete personas privadas de su libertad, una de las cuales ya había perdido la vida para cuando las autoridades revisaron los domicilios.
Alejandra tenía 20 años cuando las autoridades la arrestaron. Según se informó en su momento, oficiales de la Policía municipal hacían un recorrido de vigilancia por la Colonia Villas de Guadalupe y se les reportó que había una persona armada en la zona.
Los agentes atendieron el llamado y la aprehendieron, tras corroborar que sí estaba armada.
“Por lo anterior, la detenida fue turnada al fiscal federal, quien la puso a disposición del Juez de Control, quien calificó de legal la detención y dictó auto de vinculación a proceso, por el probable delito de violación a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos”, se dijo entonces.
Días después, la delegación local de la FGR notificó que fue “vinculada a proceso por un Juzgado de Distrito Especializado en el Sistema Penal Acusatorio” y que había sido internada en el Reclusorio Femenil de la Zona Metropolitana de Guadalajara, en Puente Grande.
Ella es una de las seis mujeres que fueron detenidas y procesadas por la Fiscalía del Estado tras la movilización de la Colonia Chapalita, que dejó un saldo de cuatro muertos (una presunta víctima, dos hombres y una supuesta cómplice, quien además era menor de edad) y 33 arrestos, así como, según lo expuso el fiscal estatal, Gerardo Octavio Solís, la desarticulación de una “muy importante” célula del crimen organizado que operaba en la metrópoli.