Roma. El Papa Francisco, de 88 años de edad, ha mostrado una leve mejoría tras ser hospitalizado el viernes pasado en el hospital Gemelli de Roma debido a una neumonía bilateral que afecta ambos pulmones.
Según un comunicado emitido por el Vaticano, los análisis de sangre realizados el miércoles revelaron una ligera mejora, particularmente en los indicadores de inflamación. La condición clínica del Santo Padre es ahora “estable”, aunque sigue siendo monitoreado de cerca por los médicos.
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, fue una de las primeras personas en visitar al Papa y aseguró que Francisco se encontraba “alerta” y “receptivo”. Meloni destacó que, a pesar de su estado, el Papa había bromeado con ella, lo que refleja su “proverbial sentido del humor”. Esto ha generado optimismo entre los seguidores del Papa, quienes han expresado su apoyo.
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A pesar de la mejora en sus condiciones, la situación sigue siendo preocupante debido a su historial médico. En su juventud, Francisco fue sometido a una cirugía en la que le extirparon el lóbulo pulmonar derecho, lo que complica su recuperación ante una infección respiratoria. Los médicos advierten que la neumonía bilateral puede causar insuficiencia respiratoria, lo que subraya la importancia de mantener su actividad física bajo control.
El Papa, que continúa realizando actividades ligeras como leer periódicos y trabajar con su equipo cercano, no necesita asistencia respiratoria continua, aunque no se descarta el uso de ventilación mecánica en determinados momentos.
La hospitalización de Francisco, que es la cuarta en menos de cuatro años, ha reavivado las preocupaciones sobre su salud, especialmente porque coincide con el inicio del año jubilar de la Iglesia católica, un período cargado de eventos y compromisos importantes.