Ecuador.- El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, ha dejado en claro que no se arrepiente de haber ordenado la irrupción de las autoridades en la embajada de México con sede en Quito, la cual tuvo lugar el pasado viernes 5 de abril y que terminó con la detención del exvicepresidente local, Jorge Glas.
En una entrevista ofrecida la semana pasada al canal australiano SBS y difundida este lunes 15 de abril, Daniel Noboa aseguró estar “del lado correcto” de la historia y no tener ningún remordimiento sobre su decisión, esto a pesar de que ha enfrentado incontables reproches de la comunidad internacional:
No me arrepiento (…) Creo que estamos en el lado correcto de la historia y también condeno el hecho de que algunos gobiernos utilicen sus embajadas como, con una fachada, de refugiados políticos, pero en realidad es para lograr impunidad. En realidad, es para salvar a los criminales de su sentencia.
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Noboa explicó que existía un riesgo de fuga real en cuanto al expresidente Jorge Glas, por lo que no tuvo más alternativa que actuar inmediatamente e ingresar a la sede diplomática para efectuar su arresto:
Había un plan para escaparse, del que nosotros estábamos enterados (…) Era mi responsabilidad. Si Glas hubiera escapado usando vehículos de la embajada y aviones del gobierno mexicano, entonces habría lucido demasiado débil para todos. Ahora que atrapé al tipo, soy demasiado fuerte. Así que es un poco difícil complacer a todos, pero la gran mayoría de la gente en Ecuador está contenta con mi decisión.
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El presidente de Ecuador señaló que México fue el primero en violar los tratados internacionales al concederle asilo a un condenado por delitos comunes, contraviniendo a la Convención de Caracas “que establece claramente que ninguna nación puede dar asilo político a alguien que tiene una sentencia porque en ese caso en realidad nos estamos involucrando en la soberanía, número uno; número dos, en el sistema judicial de diferentes naciones”:
Así que en realidad es una violación, primero, por parte del gobierno mexicano, y luego siguió otra violación, pero teníamos que actuar. Teníamos que tomar la decisión