Irán.- Durante varias semanas Irán se ha visto enmarcado por fuertes protestas, con las cuales la población continúa exigiendo justicia por el caso de Mahsa Amini, una joven kurda de 22 años de edad, quien fue detenida el pasado 13 de septiembre por no utilizar bien el hiyab y que falleció tres días después, tras ser violentada por la llamada “Policía de la moral”.
Sin embargo, este vieres 7 de octubre se ha dado a conocer el dictamen forense final, revelando que la mujer no habría fallecido a manos de los uniformados, sino por una enfermedad que la acompañó durante gran parte de su vida y que la llevó a ser sometida a una cirugía cerebral cuando tenía tan solo ocho años.
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El reporte señala que, a raíz de su padecimiento previo, Mahsa Amini tenía problemas en una parte del eje hipotálamo-hipófisis que provocaba el mal funcionamiento de las glándulas, por lo que debía medicarse con hidrocortisona, levotiroxina y desmopresina. En el informe compartido por la Agencia de Noticias de la República Islámica (IRNA), se lee:
El 13 de septiembre, perdió repentinamente el conocimiento y se desplomó. Sufrió un trastorno del ritmo cardíaco y una caída de la tensión arterial. A pesar de su traslado al hospital y de los esfuerzos del personal médico, falleció el 16 de septiembre a causa de una insuficiencia de órganos múltiples causada por una hipoxia cerebral.
Con esta nueva información, hay dos aspectos sobre el caso de Amini que han llamado la atención: Primero, que el padre de la víctima aseguró que su hija estaba en perfecto estado y nunca reveló detalles sobre esta enfermedad. Y segundo, que, aunque los activistas afirmaban que la joven habría sido golpeada en la cabeza durante su detención, las autoridades negaron en todo momento que esto hubiera ocurrido.
Actualmente las opiniones sobre el dictamen médico final de Mahsa Amini continúan siendo divididas, pues aunque muchos han decidido aceptarlo, otros consideran que es una mentira del gobierno que solo busca poner fin a las manifestaciones.
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Y es que la muerte en custodia de esta joven desató una ola de manifestaciones y movimientos solidarios no solo en su país, sino en varias partes de mundo, las cuales han sido encabezadas principalmente por mujeres y defensores de derechos humanos, quienes condenan el estricto código de vestimenta para las mujeres en Irán.
