Argentina.- En medio de la investigación que se adelanta por el intento de homicidio a la vicepresidenta de Argentina, Cristina Kirchner, se ha dado a conocer que su atacante directo, Fernando Sabag Montiel, así como su pareja, Brenda Uliarte, fueron procesados este jueves por el intento de homicidio “agravado” y “con alevosía”.
Transcurridas dos semanas desde el incidente que paralizó por completo a todo el país, la jueza María Capuchetti dictó prisión preventiva en contra de los dos imputados y les impuso una millonaria multa, esto tras considerarlos coautores de intento de homicidio calificado agravado por el uso de armas, alevosía y el concurso premeditado de dos o más personas. Sobre Sabag Montiel, la jueza señaló:
Se le imputa el haber intentado dar muerte, de manera premeditada, a Cristina Elisabet Fernández de Kirchner, contando para ello con la planificación y acuerdo previo de Uliarte y de Agustina Mariel Díaz
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En este sentido, la magistrada dictó prisión preventiva para los dos procesados – Fernando Sabag Montiel y Brenda Uliarte – y los embargó por una cantidad de 100 millones de pesos.
Cabe señalar que, a pesar de la reciente decisión de la jueza, se sabe que la investigación sobre el fallido atentado contra la vicepresidenta argentina está lejos de terminar, pues apenas el pasado miércoles se divulgaron elocuentes mensajes en los que una de las detenidas afirma haber mandado a “un tipo para que la mate”.
Sobre esto, la jueza María Eugenia Capuchetti ordenó la detención de Nicolás Gabriel Carrizo -quien se identifica como “líder” de un grupo de vendedores de algodón de azúcar conocido como “Los copitos”- cuando éste acudió a los tribunales a retirar el celular que le habían retenido. Estos personajes siguen siendo investigados y aún no se determina si será procesados al igual que Sabag Montiel y Uliarte.
Finalmente, recordamos que el fallido atentado contra la vicepresidenta Cristina Kirchner ocurrió el pasado 1 de septiembre, cuando Sabag, de 35 años, logró acercarse a Kirchner en momentos en que sus seguidores la saludaban frente a su residencia en el barrio Recoleta de Buenos Aires.
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El sujeto apuntó a pocos centímetros de la cabeza de la funcionaria con una pistola calibre 32, cargada con cinco proyectiles. No obstante, pese a que la gatilló dos veces, el arma no se disparó debido a que, según los peritos, no había ninguna bala en la recámara.