Mazatlán, Sin.- Cobijado por la confianza de su entrenador Radamés Hernández, la ansiedad de que se llegue la hora de subir al ring o la presión de ser uno de los máximos aspirantes a la presea dorada, el futuro de Marco Verde está plagado de mucho optimismo al estar en la antesala de su debut en los Juegos Olímpicos 2024.
Después de varias concentraciones, viajes y éxitos logrados, Verde admite que siempre habrá presión por la espera de un resultado que lo ponga en la cima de los 71 kilogramos dentro de este campeonato, pero hizo énfasis en que dejará todo sobre el ring.
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“Presión. Ya queremos saber con quién nos va a tocar pelear, qué día del torneo, esa presión cada vez más viene, de que pueda ganar una medalla. Sí es más complicado, solamente nos queda un mes para afrontar Juegos Olímpicos”, dijo.
Siempre busca la opción de relajarse para evitar ese estrés mental de pensar en este desafío que lo ha llevado a vivir muchas sensaciones desde el día que logró su clasificación.
“Trato de relajarme lo más que puedo, simplemente me enfoco en entrenar, de pensar que no son los Juegos Olímpicos sino solo un torneo, tratar de disfrutar el proceso como los entrenamientos”, agregó
Desde hace una década llegó al gimnasio de la familia Hernández acompañado de su señor padre, Manuel Verde, quien hace 32 años representó a México en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92. Los lazos que tiene con Radamés, su actual estratega, se han convertido en una fortaleza que le suma mucha confianza para este gran reto.
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“Más de 10 años ya con él. Me da esa confianza, ese descanso saber que cuando iré a mi esquina, ahí va a estar él para cambiar a una buena estrategia, me da mucha confianza y motivación”, finalizó.
Ambos viajarán hoy a la Ciudad de México para concentrarse en el Centro de Alto Rendimiento del Comité Olímpico Mexicano.