París. – Los Juegos Olímpicos siguen demostrando que el espíritu humano y deportivo siempre llega más allá que cualquier diferencia política que pueda existir en el mundo.
La tarde de este miércoles en París, se vivió un momento histórico cuando los deportistas de tres de las naciones más poderosas de Asia, y que han mantenido por muchos años tensas relaciones políticas, estuvieron juntos en el podio del tenis de mesa y aprovecharon para demostrar que el deporte lo puede todo.
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Después de recibir las medallas y escuchar con respeto el himno nacional de China, quien se llevó el oro en la competencia, los seis atletas posaron juntos mostrando sus medallas en una selfie que se tomaron para recordar el momento.
Los atletas chinos Wang Chuqin y Sun Yingsha posaron junto a los norcoreanos Ri Jong Sik y Kim Kum Yong y los surcoreanos Lim Jonghoon y Shin Yubin, después de la entrega de medallas, en lo que ya se ha vuelto una selfie tradicional entre los ganadores.
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El momento ya le está dando la vuelta al mundo y comparando cómo lo que la política no puede lograr, por las serias diferencias y tensas relaciones que existen entre los tres países, el deporte y el espíritu olímpico sí puede: unir a las naciones.
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El momento recordó a los desfiles que protagonizaron las dos Coreas unidas en las inauguraciones de los Juegos Olímpicos de Invierno, PyeongChang 2018 y Turín 2006 y en los de Verano, Sídney 2000 y Atenas 2004.
