Estados Unidos.- Hace algunos días se hizo viral el caso de un hombre que, completamente enfurecido, sacó un hacha y amenazó a los comensales en una sucursal de McDonald’s ubicada en Delancey Street, Nueva York. Si bien nadie salió herido tras el ataque, las imágenes rápidamente desataron terror en redes sociales, donde se exigía mantener al hombre preso.
Inicialmente se dijo que el agresor, identificado como Michael Palacios, fue detenido y acusado por tres cargos de amenaza y dos cargos de posesión criminal de un arma. No obstante, pasados unos días, el hombre, de 31 años de edad, ha sido dejado en libertad sin fianza en virtud de las controvertidas leyes que recientemente se reformaron.
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Luego de esto el agresor, quien trabaja como mensajero en Manhattan, rindió una entrevista para medios locales, argumentando que no es un psicópata y que su intención nunca fue hacerle daño a nadie. Palacios dijo para The New York Post:
No estoy desquiciado. No soy un psicótico. Sólo hice lo que haría cualquiera cuando le golpean. ¿Qué harías tú? ¿Sacar el teléfono y llamar al 911?
El hombre argumentó que estuvo el tiempo necesario en prisión por sus amenazas, pero que al no haber asesinado a nadie, ni tenido nunca la intención de hacerlo, no debería ser juzgado y sentenciado como un criminal, pues agregó:
No creo que porque esté enfadado vaya a hacer daño a otras personas. … La gente dice: ‘Oh, estos tipos tienen suerte’. No tiene nada que ver con la suerte. No los descuarticé porque no quise hacerlo. Todo el mundo habla de que debería estar en la cárcel. Estuve mis 18 horas. ¿Qué más quieres? ¿Por qué tengo que estar en la cárcel?
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Por otro lado, Michael Palacios dijo que el incidente violento se derivó de una discusión con un cliente después de que un guardia de seguridad del restaurante se negara a dejarle usar el baño, lo cual se sumó al “día duro” que acababa de experimentar, según sus propias declaraciones. Asimismo, sobre la pregunta que muchos se hicieron de por qué llevaba un hacha en su mochila, este respondió:
Me asaltaron una vez en Chicago y me dije que no iba a permitir que eso volviera a suceder
