Culiacán, Sin.- De acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM, actualmente, el 97 por ciento de las personas que se dedican al trabajo doméstico, todavía no gozan de seguridad social y están en la informalidad, señaló la diputada local por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), Deisy Judith Ayala Valenzuela.
Por lo anterior, en entrevista para Línea Directa, indicó que está impulsando una iniciativa para reformar la Ley Federal del Trabajo, con el objetivo de establecer los mecanismos para lograr que este sector de la población pueda tener seguridad social, salarios justos, vacaciones con goce de sueldos y aguinaldos, entre otros beneficios como cualquier otro empleado afiliado al seguro social.
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“El 97 por ciento todavía las personas que se dedican al trabajo doméstico están en la informalidad y esto nos alerta, de que, a pesar de que ya está establecida la Ley Federal del Trabajo y también del IMSS, que se reconozca que las personas domésticas deben de gozar de seguridad social y de otras cosas que se reconocieron ahí en la Ley”, dijo.
Ayala Valenzuela explicó que el trabajo doméstico se regula a través de la Ley Federal del Trabajo, donde apuntó que recientemente se han publicado varias modificaciones a esta ley, garantizando que mujeres y hombres que se dedican al trabajo doméstico puedan estar dados de alta ante el Instituto Mexicano del Seguro Social y puedan gozar se seguridad social.
Sin embargo, destacó que en la revisión que se hizo de estas modificaciones, se pudo percatar que faltaban los mecanismos de cómo lograrlo.
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Asimismo, la legisladora sinaloense manifestó que como diputada local no tiene esa competencia en el Congreso del Estado, para que se reforme la Ley Federal del Trabajo, pero, agregó, los congresos locales cuentan con un mecanismo para presentar iniciativas ante el Congreso de la Unión.
“El trabajo doméstico es un trabajo digno como cualquier trabajo, es un trabajo muy intenso, porque yo tuve que desempeñarme como empleada doméstica, de hecho fue una de las motivaciones que tuve para meterme al tema. Mi madre y yo tuvimos que trabajar, sobre todo cuando yo estaba en la preparatoria y la universidad para poder costear mis estudios”, expresó.
La diputada priista enfatizó que en estas recientes reformas faltó establecer el mecanismo, destacando que se pueden plasmar en la ley muchas cosas, pero si no se establece el mecanismo y las instancias que lo van a ejecutar, queda a la deriva y muy ambigua.
Detalló que para esta iniciativa que está presentando, se basó en la experiencia del estado de Jalisco, puntualizando que esta entidad sí implementó todo un programa para que la aplicación de la ley sea efectiva.
La originaria de El Carrizo, Ahome, añadió que una de las principales propuestas de esta iniciativa, es que se cumpla con las normas de seguridad y salubridad también para las personas trabajadoras domésticas, pero que también corresponda a la Secretaría del Trabajo, o en su caso, de Sinaloa, en la Dirección de Trabajo y Previsión Social, establecer protocolos de verificación, mediante los cuales se inspeccione y sancionen empleadores que valiéndose de las condiciones o desconocimiento de los trabajadores, no realizan la inscripción al IMSS, pero que también realice un padrón de trabajadoras y trabajadores domésticos para darle seguimiento y constatar realmente que se den de alta ante el IMSS.
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Mencionó que otra de las cosas que se están promoviendo, es que las entidades federativas puedan realizar campaña de difusión y de promoción para que, a través de las instituciones estatales en materia laboral, puedan realizar esta acción y se celebren convenios y campañas con la iniciativa en beneficio de trabajadoras domésticas.
Compartió que, actualmente el que una trabajadora doméstica no cuente con seguridad social podría salir contraproducente para el empleador, en caso de un accidente.
Y, aunque admitió que hay empleadores que dan un trato digno y un salario digno, hay muchos otros que no lo hacen y se aprovechan de que la mayoría de las trabajadoras domésticas tienen todos sus derechos humanos limitados, destacando que hay quienes trabajan sin salario, sólo porque les dan hospedaje y alimentación, sobre todo las personas que están viviendo en la casa de su empleador y en ocasiones tienen que trabajar hasta en tres viviendas para mantener su familia.