Mazatlán, Sinaloa. Fueron 40 minutos de mucha voluntad, energía y ansiedad por cruzar la puerta que le da la bienvenida a la cima del Cerro del Crestón, donde se ubica el faro natural más grande del mundo.
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A sus 78 años, doña Isabel Segura Sánchez, originaria de Santa Rosa Xochiac, Ciudad de México, subió por primera vez y cumplió con este reto personal al hacerlo en compañía de sus seres queridos, entre ellos hijos, nietos y bisnietos, además se dio el lujo de tomarse la foto del recuerdo en el puente de cristal.
“Mis hijos me dijeron: ‘Usted puede, mami, usted puede. No vine con toda mi familia, pero sí vinieron algunos. He venido tres veces, pero nunca había subido aquí”.
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En su vida ha disfrutado de momentos, muchos de ellos junto a su esposo don Lupe, pero a pesar de haber sido operada de su rodilla, pudo cumplir esta misión.
“No, son muchísimos escalones, antes subía en Quetzala, junto a mi esposo, quien estaba operado de la cadera, fuimos los últimos, todos nos aplaudieron”, dijo.
Una de sus hijas, la mayor, la dijo que no lo subiera porque eran más de 300 escalones; sin embargo, pudieron más las ganas y el reto de vivir esta aventura en la Perla del Pacífico.
“Mi hija mayor me dijo que no lo fuera a subir porque son más de 300 escalones, pero aquí estoy”, agregó.
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- Doña Isabel disfrutando del faro de Mazatlán
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- Doña Isabel disfrutando del faro de Mazatlán
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Hace un par de semanas, doña Cuquita, quien cada sábado asiste al faro de Mazatlán, presumió que a sus 77 años se pueden lograr y vivir este tipo de momentos, manteniéndose bien físicamente, por lo cual, Isabel Segura los invita a hacer ejercicio.
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“Que se animen a subir al cerro más alto de México, al faro más grande, entrar al puerta de cristal y la farolesa”, culminó.
