Los Mochis, Sin.- Tras un largo día de salir a exigir justicia ante las autoridades, familiares, amigos y conocidos del joven pescador Natanael, se reunieron durante la noche del día jueves y la mañana de este viernes en donde fue su casa en la comunidad de Campo Nuevo, para velarlo a la luz de la luna y el sol del día, despidiéndose por última vez de quien en vida fue su compañero, su hijo, su hermano.
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Natanael descansaba en un féretro color azul, rodeado de coronas florales traídas por sus conocidos, esto bajo una carpa, la cual también resguardaba a quienes llegaban al lugar a dar el pésame a su madre y su padre que aún no pueden creer lo que ocurrió. Todo fue colocado a un costado de la casa.
La mamá de Natanael, padece diversas enfermedades, entre ellas una del corazón. Estaba sentada, ida, como si su cuerpo estuviera en el velorio, pero su mente lejos. De repente sollozaba, brotaban lágrimas de sus ojos y se volvía a ‘ir’”.
Su padre, callado, observando sin saber si lo que estaba pasando era real o todo se trataba de un mal sueño, de una pesadilla. A lo lejos algunos de los presentes platicaban entre sí, diciendo que lo que ocurrió era una injusticia, una infamia.
Así, una madre y un padre no conciben la muerte de su joven hijo, pues Natanael apenas tenía 22 años.
El alcalde de Ahome, Gerardo Vargas Landeros, también acudió al funeral para acompañar a la familia y brindar su apoyo en lo que se necesitara. Giró instrucciones para que la madre de Natanael fuera atendida y de ser necesario la trasladaran a Los Mochis para que la checara un doctor, escuchando también las quejas contra la Conapesca y la Marina por parte de los pescadores que se acercaron a platicar con él.
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Dentro de la casa se observaban algunos niños que por la edad no alcanzaban a comprender lo que estaba ocurriendo y solo se limitaban a jugar y pedir comida. Otros más se bañaban en una tina de agua, mientras que otro lavaba unos platos para servirse algo de comer, aprovechando que había algo de alimento en la mesa.
Personas llegaban, otras se iban. Saludaban, daban el pésame y se sentaban esperando poco a poco a que se llegara la hora en que de nuevo el ataúd azul en el que llegó Natanael se fuera por última vez de donde vivió durante toda su vida.
Su familia, indicó que el servicio religioso para pedir a Dios por su eterno descanso, sería en una iglesia cristiana, pues son de esa religión. Además, reiteraron su deseo de justicia por lo ocurrido y sobre todo paz para su familia. Después, llevarían a Natanael al panteón, donde le dirán adiós por última vez.
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