Guasave, Sinaloa. Son muchos los riesgos a los que se someten los menores de edad y sus padres al recibir como regalo de Navidad un teléfono, ya que implica una serie de consecuencias más negativas que positivas, advirtió la psicóloga de Sipinna en Guasave, Ana Karen Gaxiola.
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Por ello, sostuvo que se tiene que analizar como padres responsables a qué edad es conveniente regalarle a tu hijo o hija menor de edad un teléfono, aunque resultar ser necesario para localizarlos, la alerta es que, como todo, hay consecuencias graves por el uso y el acceso a herramientas, así como aplicaciones tecnológicas con las que cuentan estos dispositivos.
Además, una vez que están en el poder de los menores, también adquieren derechos que los padres no pueden invadir, como la intimidad y privacidad, precisó la psicóloga, aseverando que por ello es importante que se contemple regalar esta época decembrina en una edad prudente, que sería entre los 12 y 14 años, para que se pueda tener una comunicación afectiva y cierto monitoreo discreto con la vista en las aplicaciones y el contenido al que tienen acceso.
“Hay que saber muy bien a qué edad hay que darle un teléfono a su hijo y explicarles muy bien para qué sirve, porque yo creo que todos trabajamos y muchas veces no podemos ir con nuestros hijos, entonces, ya en base a revisar el teléfono o no, es mejor estar atento a lo que ve, que es lo que realmente hace en el teléfono, pero con la vista, porque revisarlo como tal, es invadir su privacidad y es un derecho”, destacó.
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La realidad, es que, en ocasiones, los padres de familia quedan desfasados de los avances tecnológicos y las novedades de las mismas aplicaciones, algo que pone a los papás en desventaja.
Lo que se recalcó es que además del riesgo que implica el exponerse al amplio mundo del internet, también el uso de redes sociales los desprende de las habilidades sociales que se adquieren únicamente con la interacción cara a cara; asimismo la especialista señaló que existe un alto riesgo de adicción, ansiedad y depresión debido al uso excesivo, justamente son los cuadros que se presentan en consulta en adolescentes entre los 13 y 17 años de edad.
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