Campo 35, Sinaloa. – Gerardo, Dulce Yohana, Noelia y Édgar Daniel, aunque así son llamados por sus madres, ninguno, legamente, tiene su nombre y apellidos inscritos en el Registro Civil.
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Los infantes forman parte de las familias de jornaleros indígenas migrantes que llegan a la región a las cuarterías de Juan José Ríos o el Campo 35 y no cuentan con registro de nacimiento, lo que los limita todavía más a acceder a derechos fundamentales.
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En la visita que realizó Línea Directa este viernes a las cuarterías donde la Secretaría de Salud de Sinaloa a través de la Jurisdicción Sanitaria 01 trabaja en la atención de los tarahumaras, luego de una denuncia por presunta trata de personas con fines laborales, se detectó a varios niños sin el derecho a una identidad.
Entre los factores que impiden que los pequeños tengan una identidad legal y sean reconocidos por las autoridades, de acuerdo al sondeo, son: las madres dieron a luz en la sierra ellas solas y no cuentan con certificado de alumbramiento; los padres tampoco cuentan con actas de nacimiento; dejaron los documentos en la sierra, o desconocen que deben realizar dicho trámite.
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- – “Cuando yo llegué aquí tenía como 15 años”.
- – ¿Tú estás registrada?
- – “Yo sí”.
- – ¿Y tus bebés?
- – “Todavía no los he registrado”.
- – ¿Por qué?
- – “Porque tengo los papeles allá donde vivo yo (Chihuahua)”.
- – ¿Pero cuánto tiempo tienes ya aquí con ellos?
- – “Desde que nacieron”.
- – ¿Tu niño más grande cuántos años tiene?
- – “2 años y medio”.
- – ¿Cómo se llaman?
- – “Gerardo, y la niña de 1 año se llama Dulce Johana”, dijo.
- – ¿A su bebecita ya la registró?
- – “No, todavía no”.
- – ¿Por qué?
- – “Nomás”.
- – ¿Usted vive aquí con su esposo o sola?
- – “Con mi esposo”.
- – ¿Está registrado su niño?
- – “No”.
- – ¿Cómo se llama?
- – “Édgar Daniel”.
- – ¿Cuánto tiene?
- – “10 meses”.
- – ¿Por qué no lo ha registrado?
“No sé”, responden las mamás de los niños más pequeños que conforman esta población flotante en el Campo 35.
La falta de su inscripción al Registro Civil impide que estos niños y adultos puedan preservar su identidad, pertenencia cultural, nacionalidad y sus relaciones familiares.