Roma, Italia. En una jornada cargada de simbolismo, solemnidad y expectación, este martes 7 de mayo de 2025 inició formalmente el cónclave en el Vaticano para elegir al sucesor del papa Francisco, fallecido el pasado 21 de abril.
Desde este día, 133 cardenales de todo el mundo, todos menores de 80 años, se encuentran reunidos a puerta cerrada en la Capilla Sixtina, donde, guiados por el Espíritu Santo según la fe católica, buscarán definir quién será el próximo líder católico de más de mil millones de fieles. Ahí, en este preciso momento, un sacerdote sinaloense es testigo.
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Desde Roma, el sacerdote Alfredo Portillo —originario de la comunidad de Batamote, Guasave, Sinaloa— compartió en entrevista con Línea Directa que vive este momento trasciende como estudiante de filosofía en el Vaticano y testigo directo del proceso canónico más trascendente de la Iglesia Católica.
“El cónclave es un acto de fe, no solo un proceso electoral. Su raíz etimológica -‘cum clave’- significa ‘con llave’, y es así como se realiza: en un espacio cerrado donde los cardenales eligen, en discernimiento y oración, al nuevo pontífice”, explicó Portillo.
Aunque originalmente eran 135 los cardenales con derecho a voto, algunos no pudieron asistir por motivos de salud, confirmándose finalmente la participación de 133 electores. La primera votación se realiza esta misma tarde, y se prevé que cada jornada incluya hasta cuatro rondas, a las 2:00 y 14:00 horas, hasta lograr la mayoría requerida de dos tercios, es decir, 89 votos para proclamar a un nuevo Papa.
¿Cómo se elige al nuevo Papa?
El procedimiento es estricto. Cada cardenal escribe en una papeleta el nombre del candidato que considera idóneo, inspirándose en su propio juicio y fe. Luego, al depositar su voto, pronuncia una fórmula de juramento: “Llamo a Cristo como testigo, que me juzgará, que mi voto es para quien, según Dios, considero debe ser elegido Papa”.
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Si en las votaciones no se alcanza el consenso, desde la chimenea de la Capilla Sixtina se libera humo negro, señal de que no hay todavía Papa. En cambio, el esperado humo blanco indicará que un nuevo pontífice ha sido elegido y ha aceptado su responsabilidad.
Alfredo Portillo, sacerdote guasavense.
Previo a su aparición pública, el nuevo Papa es conducido a la llamada “Capilla de las lágrimas”, un espacio de recogimiento y oración donde asimila el peso espiritual de su misión, elige el nombre que llevará y se reviste con las insignias papales.
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“Es un momento de enorme carga emocional. Se le llama así porque muchos lloran, por lo difícil que representa aceptar el servicio de pastor universal de la Iglesia”, relató el padre Alfredo.
Mensaje a los católicos: fe, esperanza y unidad
El sacerdote sinaloense Alfredo Portillo llamó a los fieles a vivir este acontecimiento “con profunda fe y esperanza, sabiendo que Dios no abandona a su pueblo y que sigue guiando a la Iglesia incluso en medio de los desafíos actuales del mundo”.
“Más allá de nombres o pronósticos, debemos confiar en que el Espíritu Santo suscitará al pastor que la Iglesia necesita hoy. No es un tema político ni de apuestas. Es una experiencia de fe”, enfatizó.
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En estos días, la atención de millones de católicos se centrará en la chimenea del Vaticano, esperando el humo blanco y las palabras que desde el balcón central de San Pedro anunciarán: “Habemus Papam”.
Desde Guasave hasta Roma, la comunidad católica sinaloense se une en oración por el nuevo capítulo que está por escribirse en la historia de la Iglesia.