Ahome.– Ser pescador durante más de 15 años representa una labor incansable para dar sustento a su familia y distribuir las ganancias para seguir invirtiendo en el negocio, así lo viven Jesús Delfino Valdez (padre) y Jesús Fernando Aguirre (hijo), quienes son una familia sinaloense emprendedora en la zona del campo pesquero de Paredones, que han expresado lo complicado que es sobrellevar esta actividad sin el apoyo de las autoridades.
A 20 kilómetros de la ciudad de Los Mochis con dirección hacia Topolobampo se encuentra una desviación que conecta con el campo pesquero “Paredones”, mismo que se ubica a 5 kilómetros de profundidad en relación a la carretera Mochis-Topolobampo.
En esta localidad la principal actividad económica, que brinda sustento a las familias, es la pesca, además de que la misma ciudadanía aprovecha las condiciones que esta región les brinda para poder subsistir.
Línea Directa visitó esta comunidad para conocer el día a día de los pescadores y las dificultades a las que tienen que enfrentarse para sacar el sustento de sus familias y que con las demás personas puedan disfrutar de exquisitos mariscos.
“Nos levantamos a las 6 de la mañana, echamos gasolina a nuestras pangas y revisamos el equipo, agua, víveres y las redes que vamos a utilizar, todo conlleva diferente proceso dependiendo el tipo de pesca que vayas a realizar ya sea camarón, jaiba y la lisa que es lo más común”, señaló Jesús Aguirre, pescador.
Jesús Aguirre asume que el trabajo de un pescador es de jornadas largas y pausadas ya que dependen del marisco de temporada para hacer la captura en un solo momento o por periodos durante el día. Foto: Fernando Fuentes
Durante el transcurso del año, existen temporadas en las cuales deben buscar la manera de seguir trabajando con el producto que tienen disponible (lisa, mojarra o jaiba), debido a que en algunos lapsos el camarón entra en veda, y es ahí cuando deben trabajar en otras alternativas.
“Los ciudadanos no saben el trayecto del marisco, lo que se sufrió y cuántas horas duraste de trabajo para que pueda llegarles hasta su comodidad, cada camarón y cada jaiba que sale lleva su sentir que es el trabajo de uno y se ve reflejado en una marisquería o exportación”, comentó Jesús Aguirre.
Jesús reconoce que esta temporada no ha sido tan productiva como otros años, sin embargo, se mantiene con paso firme para cubrir sus necesidades y las de su familia. Foto: Línea Directa
Pese a que Jesús desarrolla su labor diariamente para mantener a dos personas que dependen de él, manifiesta que es una labor muy incierta y que, en ocasiones, pueden existir factores externos que les dificulten su trabajo.
“El reto más grande es ir y venir con bien, porque fallan las máquinas y puede haber mal clima que es la batalla de todos los días, ir y venir con bien, uno pude salir y no sabe si regresa con bien, el no volver es el miedo más grande de un pescador”, platicó el pescador.
El sector pesquero debería de recibir mayor atención por parte de las autoridades, es el sentir de la comunidad. Foto: Línea Directa
Jesús adoptó esta profesión por su padre Delfino Valdez, quienes vieron la necesidad de trabajar juntos desde hace más de 15 años con la finalidad de lograr un patrimonio para sus familias. Han carecido de muchas herramientas laborales las cuales han sabido sobrellevar, mientras que siguen exigiendo el apoyo de las autoridades para solventar de a poco su negocio.
“Un pescador sin equipo no sirve para nada, hoy en día estamos muy abandonados por las autoridades, buscamos los apoyos que requiere el pescador, por más mal que le vaya al pescador saca cuando menos para sustentar a su familia, pero si no hay apoyo, se pone mucho más difícil”, comenta el señor Delfino Valdez
El señor Valdez anhela recibir respuesta por parte de las autoridades para tener un incentivo que logre cubrir los insumos que su labor requiere. Foto: Fernando Fuentes
También comentó que, en la zona de paredones, poseen una cooperativa que les surte de gasolina para sus equipos pesqueros, sin embargo, con los precios de esta y de los productos capturados apenas y logran mantenerse al día junto a sus familias.
“Cada 3 días, se gastan 1000 litros de gasolina a 24.50 el litro, es otro tema que se prometió que no subiría el precio y no ha subido, pero tampoco ha bajado, el precio ideal del producto para nosotros sería un precio de 70 pesos por kilo de camarón chico y de los más grandes arriba de los 100- 150 pesos por kilo, un motor de panga vale 200 mil pesos, entonces cuántos kilogramos ocupas sacar para reinvertirlo”, señala Delfino.
En el campo pesquero de paredones son aproximadamente 40 familias las que dependen de esta actividad económica para salir adelante, y a pesar de que la familia Valdez ha obtenido capturas muy bajas respecto a otros años, se mantienen positivos por seguir trabajando y con la esperanza de que en algún momento las autoridades volteen a ver al sector pesquero sinaloense y que brinden apoyos constantes, pues es una actividad económica que disfruta la ciudadanía y turistas en general, sin conocer el gran sacrificio que les conlleva a muchas familias del estado.
