Guasave, Sinaloa. – Llegó muy puntual a la hora, una toga y un birrete sobresaliente entre la multitud que se había dado cita en el auditorio Héroes de Sinaloa en Guasave. Ejemplo de Perseverancia y superación personal, ahí estaba don Jesús Manuel Rojas este viernes 13 de diciembre.
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Con 74 años de edad, originario de Norotillo Gato, en Guasave, se ha convertido en un verdadero ejemplo de determinación al culminar este día la carrera de Derecho en la Universidad Autónoma de Occidente. Su historia es un testimonio de que nunca es tarde para cumplir los sueños, sin importar las circunstancias.
Desde joven, don Manuel anhelaba estudiar, pero las dificultades económicas de su familia lo obligaron a trabajar en el campo, cosechando tomate y pera.
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“Le decía a mi papá que quería estudiar, pero me decía que no había dinero. Entonces le prometí que cuando fuera grande lo haría, está bien me dijo y desde ahí empecé a ahorrar, con eso me pagué la carrera”, relata emocionado.
Un esfuerzo titánico
Para costear sus estudios, don Manuel ahorró 100 mil pesos trabajando en labores del campo, a veces rentaba un pedacito de tierra o sembrando diferentes cultivos. Este esfuerzo, sumado a su disciplina y sacrificio, le permitió alcanzar su objetivo. Durante sus años de estudiante, su rutina comenzaba a las 3:30 de la madrugada. Caminaba 3 kilómetros para tomar un camión que lo llevaba a la universidad. A pesar de su edad y las dificultades físicas, don Manuel jamás dejó que los obstáculos lo detuvieran.
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“Me levantaba temprano, me alistaba, desayunaba y emprendía mi camino. A veces era difícil, pero siempre me decía que poco a poquito iba a lograrlo”, recuerda con orgullo.
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En el aula, don Manuel se integró con jóvenes estudiantes que lo respetaron y admiraron profundamente. “Hicieron que mi experiencia fuera muy bonita. Me respetaron mucho, me regalaron esta camisa que llevo puesta, y siempre me apoyaron”, comenta cuando se le pregunta si no se le dificultó la convivencia con “los chavos”.
Su promedio final fue de 8.5, un logro que valora enormemente dado el esfuerzo que implicó equilibrar su vida diaria con sus estudios.
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Haciendo esfuerzos para sostenerse de pie por su artritis, don Manuel llegó solo a la puerta del recinto en el que sería su graduación, ahora que ha alcanzado este gran logro, planea cuidar su salud y posteriormente ejercer el Derecho de forma independiente.
“Me siento orgulloso y creo que mi historia puede ser un ejemplo para otros. Nunca es tarde para luchar por lo que uno quiere”, afirma.
La historia de don Manuel es una muestra de que la educación no tiene edad y que con determinación y esfuerzo, los sueños pueden hacerse realidad. Su dedicación no solo lo ha llevado a cumplir una meta personal, sino que también ha inspirado a su comunidad y a quienes han conocido su historia.