Los Mochis, Sin.– Desde el pasado sábado por la noche, la joven primeriza Dulce María, inició con un leve desecho que indicaba que la hora del nacimiento de su primogénita Lupita había llegado, por lo que el domingo muy temprano acudió al Hospital General de Los Mochis porque ya había cumplido los nueves meses de embarazo, pero para su mala suerte, después de la revisión médica le indicaron que sólo tenía un grado de dilatación y le ordenaron regresarse a su casa, historia que se repitió durante lunes y martes.
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La señora Jesús Olivia Acosta Hernández, madre de la joven Dulce María, denunció que a pesar de que el martes su hija incluso tuvo calentura y suplicaba a gritos a los médicos que le hicieran la cesárea porque ya no soportaba los dolores, no avanzaba más su dilatación, la cual llegó hasta siete grados, ni aún así logró que la operaran, sino hasta el miércoles a mediodía, pero para entonces ya se le había pasado el parto y la niña había fallecido en el vientre materno.
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“Se la sacaron ya muerta. A mí no se me hace justo que ella hasta les gritaba háganme la cesárea, no aguanto y no, le decían que no, un doctor que andaba ahí le decía que todavía no, y a ella le pegó calentura por la bebé porque ya estaba para salir, pero ella no pudo tenerla como ellos querían, normal”.
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A decir de la abuela materna, la bebé falleció en el vientre de su joven madre primeriza, de 20 años de edad, por falta de atención médica oportuna en el Hospital General, porque le negaron la cesárea durante varios días, esperando a que pariera de forma natural, lo cual no pudo suceder.
“Desde el domingo en la noche llevaba 1 de dilatación, estuvo yendo domingo, lunes, martes, hasta el miércoles, porque dice mi hija que no le querían hacer la cesárea, querían que la tuviera normal”.
La señora abuela Jesús Olivia, añadió que el jueves por la madrugada les entregaron el cuerpecito de la pequeña recién nacida sin vida, para darle cristiana sepultura en la comunidad de El Téroque Viejo, de donde son habitantes, mientras a la joven madre la dieron de alta hasta el viernes debido a la infección obstétrica que sufrió.
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Añadió que a ella y a su yerno, personal del hospital les dijo que habían hecho todo lo posible por salvarle la vida a la bebé pero “que ella había tragado popó en el vientre de su madre”, lo cual, considera que fue provocado por el sufrimiento fetal que pudo haberse evitado si la hubiesen extraído por cesárea desde el principio, cuando la joven no dilató lo suficiente para el parto normal, pero que durante días sólo la estuvieron lastimando durante las revisiones ginecológicas, esperando a que la pequeña naciera en forma natural, lo cual no ocurrió.
Ante la lamentable situación, puntualizó que piensan interponer denuncia ante el Ministerio Público cuando su hija se recupere de la cirugía de la cesárea, que finalmente le practicaron para extraerle a su hijita ya fallecida en el vientre.