Culiacán, Sinaloa. En un mundo donde el cáncer suele asociarse con el miedo y el dolor, Elisa Carreón, cantante, actriz y funcionaria pública, ha transformado su diagnóstico en un poderoso acto de resistencia, amor propio y esperanza.
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A través de sus redes sociales, Elisa comparte “su viaje” dejando una estela de inspiración que trasciende las palabras.
Desde que compartió su diagnóstico a través de la red social Facebook, reconoció un remolino de emociones: sentimientos de soledad, angustia y decepción, pero también el asombro ante el apoyo inesperado de algunas personas.
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“Tener cáncer te vuelve más hipersensible… me perdono por todo, es difícil pensar de forma egoísta, pero hoy toca”, escribió.
Elisa ya expresó desde ese momento que este proceso no es solo físico, sino una transformación emocional y espiritual, llena de verdades reveladas y una búsqueda de sentido.
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Una petición llena de esperanza
El 5 de enero Elisa sorprendió a sus amigos con una solicitud inusual:
“Plebes bonit@s, quiero pedirles que quien quiera me regale una pulsera rosa… en señal de que me acompañan en este proceso”.
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La respuesta no se hizo esperar. En pocos días, su mano se llenó de pulseras, cada una simbolizando el amor y la solidaridad de familiares, amigos e incluso desconocidos.
El momento de cortar su cabello llegó cargado de simbolismo.
“¿Y si por un momento eso no importa?”, reflexionó Elisa, enfrentando con valentía el cambio físico que el cáncer traería.
“Con cada tijerazo se iba un poco de dolor y preocupación… me corté el cabello y sonreí, me veía hermosa. Aprendí que se puede sonreír, aunque duele casi todo. La sonrisa no duele”.
Elisa no solo convirtió un acto que podría ser doloroso en un ritual de empoderamiento, sino que lo transformó en un mensaje de fuerza: “Aquí nadie se rinde”.
Semanas después, Elisa llevó su transformación un paso más allá:
“Quise que la experiencia de no tener cabello no fuera dolorosa, quería que fuera con arte y mandar un mensaje de belleza, amor y lucha”. Acompañada por el talento de @la.negraguerrero, Elisa dejó claro que incluso en medio de la batalla más difícil, la creatividad y la dignidad pueden brillar.
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Los días oscuros: entre el dolor y la resistencia
Sin embargo, no todo ha sido fácil. En uno de sus mensajes más crudos, Elisa relató 48 horas de sufrimiento extremo tras su primera sesión de quimioterapia. “Me dolía todo, cuando digo todo, es todo… pero el round 1 se logró, vamos por 11 más. Les pido mucha oración por mi salud”.
Elisa demuestra que la fortaleza no significa la ausencia de dolor, sino la capacidad de levantarse tras cada caída. “La valentía no siempre viene acompañada con un rugido, a veces es la pequeña voz que dice ‘lo intentaré de nuevo mañana’”.
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A pesar de todo, Elisa sigue soñando con un futuro lleno de escenarios, canciones, risas y aventuras. “No sé qué decir, solo sé que quiero vivir muchos años… Me apasiona la vida, ¿no se nota?”.
Elisa Carreón no solo narra su lucha contra el cáncer, sino que construye una historia de valentía cotidiana, una oda a la resiliencia y un recordatorio de que, en los momentos más oscuros, la vida puede ser una obra de arte.
Tú puedes ayudar a Elisa en su proceso médico: El número de cuenta para hacerlo es 4189143156634720.