Guasave, Sin.- Fue poco después del mediodía, un terrible reporte había llegado a las autoridades en materia de seguridad: el hallazgo de un pequeño cuerpo semienterrado en el bordo de un dren en la sindicatura de Juan José Ríos abrió la puerta para evidenciar una problemática cruda enmarcada por la precariedad.
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Este 21 de marzo se cumple un año del hallazgo de Reina, a sus escasos 5 años la pequeña tarahumara conoció el hambre, la violencia y las manos de una madre que por no tener para darle de comer, así lo confesó, prefirió quitarle la vida.
Reina es el rostro crudo de la realidad de los tarahumaras, es un hecho que golpea las conciencias. El tema generó controversia, cobró relevancia más aún cuando se supo que la identidad de la homicida, hija de jornaleros agrícolas procedentes de Chihuahua, era su propia madre.
Hoy se le cuestionó al alcalde de Guasave, Martín Ahumada Quintero, al respecto: ¿qué ha cambiado a un año de los hechos que sacudieron a nivel nacional a la sociedad y que evidenciaron la situación tan terrible de los jornaleros agrícolas?
“Hemos creado más condiciones para ellos, hay más espacios para poderlos apoyar. Advertimos que era importante visibilizar el problema, no esconderlo, a cada muerte que se ha registrado le hemos dado seguimiento, no se han ocultado cifras. No es nuevo, ha pasado muchos años, pero hoy nadie lo está ocultando y mediante eso vamos a generar una conciencia para ayudar a los jornaleros, a los indígenas, hay muchas carencias y cuando llegan aquí es un ambiente bárbaro para ellos. Creo que hemos venido caminando, hay cosas muy buenas, yo creo que sí ha cambiado mucho”, dijo.
La carpeta de investigación dio un giro, cuando la Fiscal General del Estado, Sara Bruna Quiñónez dio a conocer que Reina no había muerto por enfermedad sino por asfixia por sumersión en medio líquido, María Luisa la había ahogado en el dren donde luego la enterró y esa confesión fue una primicia que la dio a conocer en la tercera emisión de Línea Directa.
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“La maté porque no tenía para darle de comer”, justificó la madre ante un juez en la audiencia inicial, una confesión que estremeció al país.
Este doloroso caso que pinta de cuerpo entero la precariedad que viven los tarahumaras no solo en su lugar de origen, sino en los estados a donde emigran en busca de trabajo, originó una andanada de hechos: al menos 10 niños han fallecido por desnutrición o enfermedades respiratorias en la parte norte de Sinaloa en las cuarterías que rentan los jornaleros, un tema sumamente delicado que envuelve necesidad, falta de educación, explotación y hasta trata de personas.
Finalmente, María Luisa, la madre, se suicidó en las celdas del penal de Angostura, fue sepultada en Urique, Chihuahua, donde ya estaba la pequeña Reina.
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Todo sobre el caso Reina lo encuentras en la sección especial de Línea Directa
