Sinaloa. Ante el festejo más importante del catolicismo: la Navidad, que es el nacimiento del niño Jesús, la Iglesia exhorta a las familias a dejar que entrar en cada corazón el amor infinito de Dios, porque, solo así, desde el amor, se podrá restablecer la tan anhelada paz.
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Monseñor Luis Manuel López Salazar expresó que entre más oscuridad haya en la tierra, mayor debe ser el clamor a Dios y el fortalecimiento de la fe en él, porque es el único que puede realizar el milagro de hacer cambiar los corazones y lograr la redención de las personas del dolor, el mal y la violencia.
Subrayó que, en este momento, más allá de los regalos y el materialismo, es momento para recogerse en familia y, así, fortalecer los lazos entre los padres, hijos, abuelos, tíos, entre todos.
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El sacerdote resaltó que el nacimiento de Jesús ejemplifica lealmente cuán tan importante es la institución de la familia, piedra angular de la sociedad, porque fueron sus padres, José y María, los encargados de protegerlo y nutrirlo con amor para que pudiera crecer y desarrollarse hasta cumplir si misión divina en la tierra.
“En esta Nochebuena y el 25 de diciembre en Navidad, toda la familia humana se reúne a contemplar en el pesebre, la fragilidad, la debilidad del niño Dios que viene con su pobreza, con su humildad a enriquecer nuestros corazones en el amor y en la paz verdadera que solamente él sabe dar”.
“En esta Nochebuena, Navidad, la familia humana fija su mirada y su corazón en ese pesebre para contemplar al niño envuelto en pañales, esta Nochebuena, Navidad, es para recogernos todos en familia y renovar el amor, el amor verdadero, el amor que nos eleva el corazón a las cosas divinas, el amor que nos une más en los lazos fuertes entre padres e hijos, entre hermanos”.
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“En esta Nochebuena, Navidad, cese toda violencia; cese todo odio, todo resentimiento y dejemos que este niño con su mirada, con sus manos tiernas nos cambie el corazón, en un corazón de carne, en esta Nochebuena y Navidad, dejemos que este niño nos ofrezca todo lo que él es: puro corazón, puro amor”.
“Lo que le urge hoy al mundo, experimentar el amor, dar amor, es la medicina y el remedio a todos los males que estamos pasando, el amor que viene de Dios, pedimos que esta noche y Nochebuena y día de Navidad nos sentemos a mirar a este pesebre que tiene una mirada que penetra y nos llena de luz y nos llena de paz, la paz verdadera que necesita el mundo de hoy”.
“Le pedimos a este divino niño que nos llene de esa ternura, de esa dulzura y que los valores humildes, los valores pequeños, como es el amor, como es la sencillez, como es la fe, engrandezca el corazón del hombre, para erradicar este mal olor de violencia que estamos pasando y, por fin, este mundo, huela a Dios, huela a lo divino, porque queda envuelto con el nacimiento del niño Dios, queda lleno de luz, queda lleno de su presencia los rincones de cada luz del universo”.
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“Esta Nochebuena, Navidad, por último, todos deseemos la Navidad, demos el niño Dios a aquellos que se sienten más desprotegidos, la Navidad es dar al niño Dios a aquellos que se sienten abandonados, que se sienten discriminados”.
“¡Feliz Navidad a todos!”, dijo.
Aseveró que en esta Nochebuena y Navidad confía que todas las familias darán un espacio para la oración, para el fortalecimiento del amor entre los miembros consanguíneos, pero, también, extender este amor hacia los demás, hacia los que sufren, hacia los que necesitan sentir el amor de Dios en sus corazones para sobrellevar alguna adversidad.