Los Mochis, Sin.- A siete años de la captura de quien fuera el líder del cartel de Sinaloa, Joaquín Guzmán Loera, preso en una cárcel de la ciudad de Nueva York, la casa en donde pasó sus últimos días libre luce en total abandono y vandalizada y sin aparente custodia en Los Mochis.
Fue un 8 de enero del 2016 cuando desde la madrugada, vecinos del sector norponiente de la cabecera municipal de Ahome, comenzaron a escuchar detonaciones y ruido de motor de helicópteros ya que sin saberlo, en una casa ubicada por el bulevar Jiquilpan esquina con Río Quelite se realizaba la operación “Cisne Negro” con la que se pretendía la captura del capo.
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De acuerdo a unos videos que circularon en medios de comunicación y en redes sociales, un grupo de marinos arribaron a la casa y entraron utilizando la fuerza, comenzando un intercambio de balas con sujetos armados que se ubicaban dentro de la casa, observándose distintos tipos de armas desde cortas hasta los llamados barrets.
La operación se extendió por varios minutos sin que en ese momento se diera la captura del “Chapo” Guzmán y uno de sus lugartenientes conocido como “El Cholo Iván”, quienes al darse cuenta del ataque lograron escapar del lugar utilizando un sistema de túneles dentro de la casa que conectaban con el drenaje pluvial de uno de los bulevares de la ciudad.
Fue ya por la mañana, horas después que las autoridades descubrieron que en una de las habitaciones había un sistema de escape detrás de un armario y les siguieron el rastro; sin embargo, los dos líderes del cártel lograron salir del drenaje y despojaron un vehículo en el cruce de Jiquilpan y Rosales tomando dirección rumbo al norte.
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El afectado reportó al 911 que dos sujetos desconocidos le habían quitado su vehículo y que habían huido del lugar rumbo a la carretera Internacional, razón por la que al tener conocimiento de esto, la extinta Policía Federal implementó los protocolos necesarios para recuperar el vehículo interceptándolo por la México 15, llevándose la sorpresa de su vida al ver que uno de los que habían despojado la unidad era Joaquín Guzmán Loera.
Los federales los trasladaron a un motel que se ubica cerca del área donde los detuvieron y pidieron que acudieran todas las unidades posibles para resguardar el lugar, arribando también más tarde los efectivos de la Secretaría de Marina Armada de México, quienes trasladaron a ambos a la CDMX.
Curiosamente, casi siete años después, justo tres días antes de cumplirse el aniversario, se da la captura de uno de los hijos de Joaquín Guzmán en la ciudad de Culiacán, Ovidio “G”, en una operación similar orquestada por las fuerzas federales, pero a diferencia del 8 de enero del 2016, en esta ocasión el enfrentamiento entre hombres armados y el Ejército fue más intensa, extendiéndose por varias horas y continuando aún después de la detención y traslado de a quien conocen como “El Ratón”, por todo el estado de Sinaloa, incluyendo bloqueos y quema de vehículos en caminos estatales y federales.