Culiacán, Sin.- Lasaña, espagueti, muffins, tortillas de harina y hasta sazonadores para carne, se presume fue la última cena de Ovidio Guzmán López antes de ser detenido el “Jueves Negro“ en su vivienda ubicada en la sindicatura de Jesús María, al norte de Culiacán.
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Todo estaba expuesto, como si de una fiesta a medias se tratara. Algunos recipientes sin tapa, con la comida “desbordándose” sobre una de las mesas al interior de la casa donde se “debatió” a balazos la libertad del hijo del “Chapo” Guzmán.
Dichos vestigios pudieron ser los últimos alimentos que consumió antes del operativo encabezado por los elementos del Ejército Mexicano, en el que fue detenido Ovidio Guzmán.
La química, el tiempo y las temperaturas hicieron de las suyas. Algunos de estos alimentos ya lucían en descomposición y en la mesa, envases de agua mineral francesa atraen la atención: evidencia de las bebidas que “El Ratón” ingirió antes de ser capturado por las Fuerzas Federales.
A su vez, decenas de casquillos de arma larga y de barret calibre 50, quedaron esparcidas en el acceso principal del domicilio; no obstante, la pared de la casa y algunos electrodomésticos empotrados a las mismas, también muestran los signos de la guerra que se desató el pasado jueves 5 de enero, con la marca de las balas en los cuatro lados de la lujosa, sofisticada y minimalista vivienda.
Para apaciguar las bajas temperaturas, la casa de Ovidio Guzmán también contaba con calentones de gas, los cuales también fueron objetivo de este intercambio de disparos del “Jueves Negro” que fue eterno para los vecinos de esta comunidad. Estos aparatos, al igual que una televisión, fueron dañados en su totalidad por las balas que fueron accionadas por fusiles desde la madrugada.
Los cristales de las ventanas de la casa, en su mayoría quedaron destruidos por los proyectiles disparados por los militares en este despliegue, que fue resultado de meses de investigación, en la zona serrana de Culiacán.
Además, al interior los cristales del inmueble y casquillos también se encontraban esparcidos en el suelo, como si de confeti o gotas de lluvia se tratara; los sillones volteados, manchas de sangre en la entrada a la casa, además de colchones de cama volteados y cajones de closet en el piso: como quedaría cualquiera de estos luego de una búsqueda exhaustiva, pero ¿de quiénes? ¿se llevaron algo? ¿se encontró algo en el lugar?
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Las huellas del enfrentamiento entre los escoltas de Ovidio Guzmán López y elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) quedaron marcadas en el “Jueves Negro”, el primer jueves de este 2023 que no solo queda en las manchas y cristales rotos en esa casa de Jesús María, también queda marcado en la vida e historia de los sinaloenses, pues será un jueves 5 de enero que las balas del enfrentamiento, los bloqueos e incendios, tanto en Culiacán como el resto de los municipios, quedará en la mente de quienes lo vivieron para contarlo.