Culiacán, Sin.- “Un hombre bueno, valiente e íntegro”, así es como amigos, familiares y compañeros recuerdan Juan Miguel Silva Alvarado, el jefe policial que fue asesinado por pistoleros la noche del sábado, en Culiacán.
A Juan Miguel tenía 45 años, era padre de familia, esposo, hijo y durante sus cerca de 23 años en la corporación, nunca le gustó “dejar abajo a su gente”; la cooperación, el trabajo en equipo y su vocación de servicio son cualidades que sus compañeros recuerdan en él.
Cabe recordar que la noche del sábado fue asesinado a balazos el subdirector de la Policía Municipal de Culiacán, Juan Miguel Silva, mejor conocido como “El Bóxer”, quien tenía pocas horas de haber sido nombrado en el cargo. Los hechos ocurrieron cerca de las 22:00 horas en el sector Tres Ríos de Culiacán, en el exterior de un edificio corporativo, donde el agente y sus escoltas fueron sorprendidos por pistoleros.
Aunque El Bóxer tenía varios años en la corporación, fue apenas la mañana del sábado cuando rindió protesta en el cargo
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Uno de los momentos más memorables lo vivió en 2020 cuando salvó a una jovencita que intentaba arrojarse desde lo alto de un edificio ubicado por la avenida Independencia del Centro de Culiacán.
El reloj marcaba cerca de las 12:30 de aquel 22 de enero, cuando las corporaciones recibieron el reporte y de inmediato acudieron al lugar para atenderlo. En ese momento Juan Miguel se apresuró a subir y estaba dispuesto a hacer lo necesario por rescatar a la menor de 15 años quien intentaba arrojarse.
Sin pensarlo mucho, el agente llegó hasta donde se encontraba la joven, hizo una serie de cálculos veloces en su mente y logró sujetarla antes de que pudiera arrojarse de aquel cuarto piso. Aunque El Bóxer como también le decían recibió patadas, arañazos, golpes por parte de la jovencita, se aferró a ella con toda su fuerza y no la soltó hasta ponerla a salvo.
Entrevistado por un medio de comunicación en aquel entonces, Silva Alvarado expresó lo siguiente:
“Me da escalofrío todavía, al pensar la situación, todo estuvo muy tenso. Es uno de los casos más fuertes, uno de tantos. Gracias a Dios hemos tenido bonitas y malas experiencias, pero esta es muy bonita porque salvamos algo que pudo haber sido algo drástico”.
A decir del ingeniero Javier Llausás, quien le conoció de cerca, ese tipo de acciones lo distinguieron como un policía valiente, un hombre que siempre lo dio todo hasta el final y que sin duda, no merecía morir así.
En otra entrevista que concedió a un medio de comunicación en 2018, el agente comentó: “Es difícil saber que podemos morir por proteger a la ciudadanía y relató que el mayor sacrificio de los policías es no estar al lado de su familia en los momentos especiales.
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LA SOCIEDAD PIERDE
El director de Construyendo Espacios para la Paz, consideró que el atentado es hecho y un alarmante mensaje de los grupos delictivos a la corporación policial, pero también a la sociedad.
“Estos ataques son para toda la sociedad, no son solamente para un policía o toda la corporación, no es un ataque a él en su persona, es un ataque a la institución y un ataque a la sociedad, tenemos que rechazar que siga pasando esto y ojalá y acompañemos a la familia en estos días y en el futuro vamos a trabajar para que a su familia no le falte nada”, comentó.
