Roberto Vizcarra es el manager del momento; no de ahora, sino de los últimos años. Acaba de ganar su séptima corona al frente de un equipo para meterse a una selecta lista en la que aparece su extinto suegro, “Paquín” Estrada, de quien aprendió mucho de este oficio.
El sonorense llevó a los Leones de Yucatán al campeonato, un título que alcanzaron en siete extraordinarios partidos ante los Sultanes de Monterrey y en la casa de estos, donde los peninsulares cincelaron tres de las cuatro victorias que les permitió levantar el trofeo, ese que se les negó el año pasado luego de una remontada poco vista como la que hicieron los Toros de Tijuana, que se levantaron de un 0-3.
El “Chapo” ya puede presumir también registrar su nombre al lado de otras glorias de este deporte como el mismo Paquin y “Cananea” Reyes, los dos mánagers más gloriosos que ha tenido la pelota mexicana, a los que Vizcarra quiere algún día poder compararse.
Su triunfo contra Monterrey tiene muchos méritos: fue una de las cuatro franquicias (de las 12 clasificadas) que menos triunfos alcanzó en el rol regular (46-43), con cuyo récord también los convierte en los campeones con más bajo porcentaje, después de los Tecolotes de los Dos Laredos que en 1977 se coronaron con foja de 77-75: Además, venía de ser despedido por los Saraperos de Saltillo, que muy al estilo del béisbol, es mejor despedir al manager que a todo el plantel, luego del pésimo papel que la escuadra coahuilense registró antes de que le dieran las gracias.
Vizcarra llegó a los Leones para cambiarles por completo la cara, su fisonomía y la garra. Obviamente Yucatán contaba con mejor plantel que Saltillo y eso le ayudó al “Chapo” a transitar por la ruta que lo llevaría a quedarse con un boleto a la postemporada. Por ironías del destino, un año antes otro manager caminó por el mismo sendero que ahora hizo Roberto; Homar Rojas.
Rojas comenzó el 2021 dirigiendo a los Sultanes de Monterrey. Se convirtió esa vez en el primer timonel cesado en toda la LMB. Sin embargo, los Toros confiaron en él, lo contactaron y lo llevaron a la frontera, solo para que Homar y sus discípulos terminaran conquista la gloria, precisamente ante los Leones en aquella hazaña que describimos líneas arriba.
SUS CORONAS. No por algo lo consideran como el “rey Midas” de la pelota profesional en México. Es un hombre que parece haber nacido para ganar a cuanta final llega, y en cuya ruta estuvo metido recientemente Benjamín Gil al frente de los Tomateros. Vizcarra y sus Charros de Jalisco se encargaron de ponerle un estate quieto al tijuanense el invierno pasado.
La carrera de éxitos para el “Chapo” comenzó en el 2013 dirigiendo a los Tigres de Quintana Roo, con quienes volvió a saborear las mieles de un campeonato un año después. En el 2017 encumbró a los Águilas de Mexicali, antes de darle a Yucatán su cuarto título y tercero personal en LMB. Fue en el 2018, cuando a los directivos se les botó un pistón haciendo dos campeonatos en un año, con las famosas campañas 2018.1 y 2018.2.
Vizcarra llegó a los Charros en el 2019 para hacerlos campeones, repitiendo la hazaña tres años más tarde, o sea, en enero pasado. Y precisamente gracias a ese título con los tapatíos, aunados ahora con el de Yucatán, le abrieron las puertas para convertirse apenas en el tercer timonel con coronas “back to back” en el mismo año en México.
¿Quién será el guapo que le corte esa racha? Por lo pronto, Vizcarra vive una luna de miel con la pelota mexicana. Ya por allí lo candidatean como el hombre que debe llevar las riendas de México para el Clásico Mundial, una distinción que, hasta donde se ha manejado, le ha sido otorgada a Benjamín Gil, a quien seguramente no le incomodaría sumar a Roberto a su cuerpo técnico. Dicen que dos cabezas piensan más que una pues.
