Fin de semana próximo de trilogía con el choque entre Saúl Álvarez y Gennady Golovkin. Una pelea que en otras condiciones paralizaría al país como solía suceder con Julio César Chávez la década de los 80´s y 90´s en las defensas de sus títulos, con verdaderos tumultos en bares y algunos escenarios más en nuestro país. Era una fernandomanía pero con guantes.
Desafortunadamente las últimas peleas del “Canelo”, por no decir que todas, perdieron credibilidad y por esa razón ya no existe esa pasión desbordada que cinceló JC y el propio tapatío cuando llegó a la cima. Es cierto que mucha gente sigue viendo los encuentros de Álvarez, pero la gran mayoría lo quiere ver perder.
Saúl no ha podido etiquetarse como un ídolo del boxeo mexicano, por más que digan sus “porritas” que es la máxima estrella del momento. Sus combates y resultados siguen siendo dudosos, con la sospecha siempre de duelos amañados.
Álvarez y el ruso estarán frente a frente por tercera ocasión después de aquel primero desafío con un resultado con sabor a robo para Golovkin del 16 de septiembre del 2017, y que por la polémica de las tarjetas dieron paso a un choque directo de revancha un año después, con la decisión nuevamente más sospechosa que la primera.
El mexicano ganará esta tercera, de eso no tengo la menor duda, porque el rival ya está más para el retiro que para la continuidad. Gennady la quería más por orgullo que por otras razones. Golovkin sabe que no tiene argumentos para ganar, excepto la valentía y el atrevimiento que le dan sus 40 años de edad en la que se expone demasiado y donde debería tener las maletas en la puerta.
Si Gennady no lo pudo noquear hace cinco años, cuando la pegada era su sello distintivo, no veo ahora cómo pueda ganarle antes del límite.
El Canelo necesita esa victoria para recuperar sus bonos y enderezar el camino tras su caída con Dmitri Bivol. A su empresa le conviene más, porque necesita volver a ponerlo en los escaparates como la máxima figura cuando realmente nunca ha sido.
¿Qué vendrá para él después de ganarle a Golovkin? Creo que lo mismo, porque dudo que desee una revancha contra Bivol y mucho menos ante el “Zurdo” Ramírez, si es que el mazatleco logra ganarle al ruso en las próximas semanas. Álvarez ya se pudo haber salido de ese camino para buscar otras grandes y lucrativas bolsas a costas de otros peleadores que no sean tan peligrosos y mucho menos que le puedan truncar esa carrera de convertirse en el boxeador mejor pagado y con ganancias en la historia, pero jamás el mejor del mundo…. y de los mexicanos.
Los cuatro títulos de los organismos más emblemáticos del planeta estarán en juego. Esos que convirtieron al tapatío en campeón indiscutido de los pesos súper medios, el único en la historia de nuestro país que se puede ufanar de tal hazaña en una sola categoría.
